#VenaCava
Educación geriátrica
POR KARLA RUSSELL
No sé si fue verdad o broma el proyecto de un amigo sobre establecer un centro geriátrico en Cancún.
Yo de verdad dije que me sumo porque veo en cierto grado el valor de respetar al adulto mayor y porque si Dios me lo permite, allá llegaremos muchos, a la digna tercera edad.
Sin embargo, no veo una filosofía educativa que nos lleve por ese rumbo de la dignidad y aunque darles becas gubernamentales con intenciones claras de calidad de vida, o todo se les va en medicinas o simplemente es insuficiente para cumplir el sueño de una vejez placentera.
Y me parece que el error está en la educación de cómo ser vistos y tratados; la inclusión, como muchas otras condiciones humanas, se lleva hacia la lástima que lastima lejos de ayudar.
Pero si algo me queda claro es que nos tenemos que reeducar aunque se diga que perro viejo no aprende truco nuevo.
Recientemente fui agredida física y verbalmente por una señora de edad avanzada, la razón es que así como pasó el tiempo para ella, lo hizo en estragos para su casa que alquilé.
Y por más cuadros que colocaba para tapar los imperfectos, todo se iba cayendo.
La geriatría es de lo más serio en Cancún, porque se acercan aquí jubilados, pensionados o gente que busca paz, pero no hay un lugar a precio módico que los atienda y que tenga a bien cuidarlos ante las enfermedades mentales que aparecen así como las físicas.
Hagamos sociedad y veamos este nicho de mercado y realidad que nos puede llegar a afectar. La vejez digna no es lo mismo que la vejez por abandono.
