Donald realmente lo ha dejado todo en claro.
“Y os ordeno que paréis vuestra guerra, y os pido que me deis vuestro país, Canadá, o la isla más grande del mundo, Groenlandia, y os pido que os cambiéis la boca, y ordeno a vuestro electorado que vote por la extrema derecha alemana”.
Sería un error que Estados Unidos se sintiera avergonzado.
Su balanza comercial extraordinariamente negativa le permite chantajear a casi todo el mundo, y llevar a la ruina Europa y al patio trasero latinoamericano, cada vez más dependiente del poder estadounidense.
Observemos que México se ha convertido en el satélite industrial de América e incluso que se ha convertido en el sirviente de los norteamericanos.
Trump arruinará al resto del mundo.
Europa está destinada o bien a una guerra de exterminio contra Rusia, que fortalecerá los intereses estadounidenses, o bien a una guerra de desgaste industrial, que destruirá su economía.
En ambos casos, Trump juega el juego ganador.
Veremos cómo logrará alinear a cada país BRICS por separado.
Como dije anteriormente, es útil tener el mayor déficit comercial del mundo, un déficit eterno que simplemente reponemos imprimiendo dólares.
Recordemos que los estadounidenses harán desaparecer el euro en particular digitalizándolo por su agente Christine Lagarde y todo el mundo huirá y habrá caos.
El dominio cultural estadounidense también comenzará, especialmente si tenemos en cuenta el aumento de la estupidez global.
Porque el ascenso de la inteligencia artificial desde los años 1990 ha estado acompañado de un colapso universal de los coeficientes intelectuales, un colapso de las ambiciones y del contenido cultural.
Basta con observar el hecho de que las diez películas más vistas en 2024 son dibujos animados para niños, lo que significa que Hollywood todavía tiene el control.
Entonces reduciremos el tamaño del rebaño de ciudadanos superfluos y todos serán felices.
Estados Unidos es la tierra de la tecnología y esta no tiene corazón.
Todo esto para decir que Estados Unidos se está burlando del mundo y tiene razón en hacerlo.
Con los oponentes que tiene, o mejor dicho no tiene, enfrente, juega a ganar porque; Donald nos habló de la época dorada.
