#VenaCava
Débora la Justiciera
POR: KARLA RUSSELL
Se sabe qué bíblicamente había una mujer que impartía justicia con el temple y sabiduría de un vidente, es decir, se adelantaba al futuro para predecir lo que sus decisiones resultarían correctas por el bienestar de la gente y se corroboraba con la paz manifiesta.
Después, el Poder Judicial se divide por medio de las leyes de Moisés y los 10 mandamientos para aplicar al pueblo de Israel liberados a través del Éxodo.
Lo demás es historia interpretativa y circunstancial acorde a cada pueblo, ciudad, comunidad o país.
En la era moderna, la impartición de Justicia se supone, ha mejorado en un punto clave que antes no se abogada por más compasivos que se fuera: Los Derechos Humanos. Sobre ellos está el emblema de la garantía universal de juzgar como un ente digno por sobre otras especies y los crímenes son a óptica de las circunstancias y en retroactivo de los hechos para justificar el móvil.
Así nace la Opinión Pública, el poder del pueblo para entender las sentencias del Tribunal a cargo de condenar o exonerar al que incumple con la Ley constitucional, porque a saberse, hay leyes del hombre y leyes divinas.
La segunda no debe de influir en la primera si esta nubla la razón y la lógica humana.
Ahora, que tenemos que elegir a un postulante al Poder Judicial, sea el cargo que sea, las preguntas obligadas han de ser sus posturas políticas, ideologías, inspiración, aspiración y sobre todo, su auto definición de lo Justo y los Derechos Humanos.
Pero en un Tik tok, saber su color favorito, su fruta predilecta y el tamaño de sus glúteos pueden ser las cosas más inútiles y vanas que necesitamos los ciudadanos.
Lo buena gente no se ve en una foto como tampoco lo humana mente divino se manifiesta en un Tik tok.
Se ve, la grandeza, honradez y sabiduría, como los efectos del amor, por sus efectos. Ojalá aparezcan los que haya encarcelado al delincuente; enfrentado al poder corrupto; el juez que en su casa empezó.
Buena suerte México.
