En tanto el gobierno de Quintana Roo se dedica a promover la llegada de más turistas extranjeros a este destino, el gobierno federal actúa no de una forma muy ortodoxa para expulsar a cientos de refugiados hondureños que solicitaron hace unos días, asilo político para permanecer en nuestro país.
Ironías de la vida. Así es el mundo.Y como dice la máxima de los artistas, el show debe continuarYa entrado en el tema, le informo amable lector que en la Feria Internacional de Turismo (Fitur) que se celebra en Madrid, España, el gobernador, Carlos Joaquín González ha promovido durante los dos primeros días, nuestro destino con sus 11 municipios, para que sean conocidos entre los compradores de 163 países que participan en dicha exposición.
Cabe mencionar que poco a poco, Quintana Roo se ha puesto en boca de millones de turistas que se han convencido de que en el Caribe mexicano existen condiciones propicias y atractivos suficientes para que otros millones de paseantes viajen y conozcan el mar azul turquesa y la todavía arena blanca.
Hasta ayer, los representantes de los diferentes consorcios quintanarroenses, vendieron 15 mil nuevos asientos de avión para este 2020, que se suman a los más de siete millones de turistas que visitan cada año tanto Cancún como Playa del Carmen, Isla Mujeres, Cozumel, Tulum y Mahahual, entre otros puntos de atracción de nuestra región.
Si bien es cierto que existen muchos contratiempos en Cancún y Playa del Carmen, como la violencia desatada por los integrantes de bandas delictivas que no han podido ser contenidas por la policía estatal, miles de personas han llegado al Caribe para disfrutar de sus mares, considerados como de los más atractivos del mundo.
Empero, el gobierno estatal y el federal, éste a través de la Guardia Nacional, tendrán la obligación de sino erradicar la delincuencia, si contenerla para que siga ahuyentándole a miles de turistas que cambiaron nuestro destino por otros, quizá no tan atractivos como Cancún, pero sí con más tranquilidad.
Todos juntos debemos cuidar nuestro estado, para que no se convierta como por ejemplo, Acapulco, que dejó de ser un sitial de miles de visitantes, que lo colmaban cada año, con multimillonarios dividendos.
Ahí en el otrora paradisíaco puerto de Guerrero, nunca más volvió a regresar el turista estadounidense, que fue por largas décadas la diferencia económica de los acapulqueños.
Habremos de encomendarnos a todos los santos, para que la violencia que enfrentamos todos por igual, sea contenida por todos los cuerpos castrenses, para que así la intensa promoción que se hace de Quintana Roo y sus grandes atractivos, permanezca en el ánimo de los turistas.
Todavía hay tiempo de lograr muchos objetivos para que los quintanarroenses vivamos en paz y armonía, con la delincuencia contenida y sin que permanezcamos con temor de salir a la calle, sin ser violentados. Por ello, si deseamos ser todavía el polo más atractivo del turismo nacional y de América Latina. luchemos por Quintana Roo.
¡Nosotros tenemos la palabra!