Roberto Lemus / Grupo Cantón
La mayoría de los casos involucran situaciones de abandono, negligencia y agresiones directas contra perros y gatos
TULUM.— El maltrato animal continúa siendo una preocupación creciente en el municipio de Tulum.
De enero a mayo de este año, se han registrado 43 denuncias formales por crueldad y abandono hacia animales domésticos y silvestres, de las cuales solo 38 han sido concluidas y cinco permanecen en proceso, según datos de la Dirección de Sostenibilidad y Bienestar del Ayuntamiento.
La mayoría de los casos involucran situaciones de abandono, negligencia y agresiones directas contra perros y gatos, aunque también se han documentado afectaciones a fauna silvestre.
Armando Angulo, titular del área, admitió que las cifras no indican una disminución del problema, ya que las denuncias y reportes continúan llegando con frecuencia, revelando la ausencia de estrategias de prevención efectivas y limitaciones operativas en el seguimiento de los casos.
Además de los reportes formales, se reciben múltiples alertas por redes sociales y mensajes directos que, en muchos casos, no son canalizadas de manera oficial ni atendidas con la celeridad requerida. La falta de un protocolo estructurado para responder a estas denuncias reduce significativamente la capacidad de reacción ante emergencias.
“El maltrato animal en Tulum es una realidad persistente. Las denuncias que recibimos apenas representan una fracción del problema. Muchas veces no hay respuesta o esta llega demasiado tarde”, afirmó Angulo, quien también señaló que las sanciones son pocas y rara vez se aplican con rigor, debido a vacíos legales y la falta de recursos administrativos.
Para reportar casos, el gobierno municipal habilitó la línea 984-143-1474, pero activistas y ciudadanos cuestionan su efectividad. Aunque se han logrado concluir más de treinta denuncias este año, los resultados concretos siguen siendo escasos y los agresores, en muchos casos, no enfrentan consecuencias legales.
En un intento por atender la problemática, la Coordinación de Bienestar Animal ha impulsado campañas como el “Croquetón”, una colecta de alimento para animales vulnerables. En su última edición, realizada en mayo, se reunieron 300 kilogramos de croquetas. No obstante, organizaciones civiles advierten que estas acciones son paliativas y no atacan el origen del problema: la falta de una cultura de respeto hacia los animales y la escasa voluntad institucional para implementar políticas públicas contundentes.
Vecinos y colectivos defensores de animales han reiterado su exigencia de sanciones efectivas contra el maltrato y programas educativos permanentes en escuelas y comunidades. Mientras tanto, la violencia contra animales en Tulum sigue latente, expuesta y sin freno.
