WASHINGTON
Un estudio de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) reveló que distintas actividades humanas son el responsable de que la selva amazónica se esté secando.
Los elevados niveles de gases de efecto invernadero son responsables de la mitad del aumento de la aridez y la otra mitad es el resultado de la actividad humana; en su conjunto han calentado el clima del Amazonas en los últimos 20 años.
Y si esta tendencia sigue a largo plazo, ocasionando que la selva ya no pueda funcionar correctamente, “muchos de los árboles y las especies que viven dentro del ecosistema de la selva tropical no podrán sobrevivir”, advirtió la agencia del gobierno estadunidense, con sede en Washington.
Expertos de la NASA, del laboratorio de Propulsión a Chorro, concluyeron lo anterior al hacer un análisis de datos terrestres y satelitales de décadas sobre la selva amazónica, a fin de rastrear la humedad en la atmósfera y determinar cuánta es necesaria para mantener el sistema de la selva.
“Observamos que en las últimas dos décadas ha habido un aumento significativo en la sequedad de la atmósfera, así como en la demanda atmosférica de agua sobre la selva”, dijo Armineh Barkhordarian de JPL, autor principal del estudio, difundido en la página web de la NASA.
“El cambio en la aridez atmosférica está muy por encima de lo que se esperaría de la variabilidad climática natural”, añadió Barkhordarian .
El reporte explicó que cuando un bosque arde, libera a la atmosfera partículas llamadas aerosoles, entre los que figura el carbón negro (conocido como hollín) que absorbe el calor del sol, lo que hace que la atmósfera se caliente y también puede interferir en la formación de nubes y, en consecuencia, con la lluvia.
En un estado saludable, la selva amazónica absorbe miles de millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año a través de la fotosíntesis, proceso que usan las plantas para convertir el CO2, la energía y el agua en alimentos. Al eliminar el CO2 de la atmósfera, el Amazonas ayuda a mantener bajas las temperaturas y a regular el clima.
De acuerdo con el reporte, los árboles y las plantas necesitan agua para la fotosíntesis y para enfriarse cuando se calientan demasiado. Extraen el agua del suelo a través de sus raíces y liberan vapor de agua a través de los poros de sus hojas a la atmósfera, donde enfría el aire y finalmente se eleva para formar nubes. Las nubes producen lluvia que repone el agua en el suelo, permitiendo que el ciclo continúe.
“Cuando el ciclo se interrumpe por aumento en el aire seco, por ejemplo, se pone en marcha un nuevo ciclo, uno con implicaciones significativas, particularmente en el sureste de la Amazonia, donde los árboles pueden experimentar más de cuatro a cinco meses de estación seca”, refirió Barkhordarian.
“Es una cuestión de oferta y demanda. Con el aumento de la temperatura y el secado del aire sobre los árboles, los árboles deben transpirar para enfriarse y agregar más vapor de agua a la atmósfera. Pero el suelo no tiene agua adicional. para que los árboles se detengan”, explicó Sassan Saatchi de JPL, coautor del estudio.
De acuerdo con sus estimaciones, se está demostrando que la demanda aumenta, la oferta disminuye y de seguir así, “el bosque ya no podrá sostenerse”.
Están preocupados principalmente por la región sureste de la selva, donde se concentra más la deforestación y la expansión agrícola.