REINO UNIDO.
Hay historias que nos alegran el día y esta es una de ellas.
Vici Rigby, de 40 años, y George, de 8, fueron diagnosticados con cáncer a escasos cinco meses de diferencia. Después de cuatro años de lucha, ambos lograron vencerlo.
En 2016, después de descubrir el cáncer colorrectal en su madre, los médicos determinaron que el pequeño padecía leucemia linfoblástica aguda.
El proceso fue largo. Vici debió someterse a quimioterapias, radioterapias y cirugías en hígado e intestino, mientras que George no conocía otra vida sin quimioterapias o visitas al médico. Por fortuna hoy, después de la dura batalla, los médicos les confirmaron que no tienen rastro de la enfermedad.
“Cuando recibí el diagnóstico me quedé en shock, pero cuando le diagnosticaron a George es difícil expresarlo con palabras, es como si el piso se hubiera derretido. No hay forma de racionalizarlo, estábamos conmocionados. Recuerdo haber pensado que ahora teníamos que esperar dos milagros para que los dos mejoráramos”, dijo Vici Rigby al diario Mirror.
A George le tomó 3 años y medio sonar la campana en el Hospital Real de Worcestershire para anunciar que su cuerpo ya estaba libre de cáncer. Su madre la había sonado pocos meses antes.
“Cuando se da ese primer diagnóstico sabes que serán tres años de tratamiento. Nunca piensas en que llegará el día que la pesadilla termine. Entras en la rutina de citas en el hospital y planificas tu vida en torno a eso. Entonces, de repente, ahora podemos hacer planes, reservar unas vacaciones y organizar las cosas sin preocuparnos”, relató al diario Mirror.
— Vici Rigby (@ViciRigby) 11 de diciembre de 2017
Una de sus mayores preocupaciones fue que George tuviera una infancia feliz.
“Hemos tratado de tratarlo con la mayor normalidad posible y teniendo en cuenta el tratamiento que debe recibir a diario, no ha impedido que haga nada. Juega futbol, nada y le va muy bien en la escuela, es muy activo y brillante, y nunca se ha quejado de su situación”, dijo su madre.
De acuerdo con el diario, la familia, que radica en Londres, están mudándose de casa como un símbolo de nuevo comienzo.
vía Excelsior.
