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28 marzo, 2024

Cultura

El amor no es una emoción

Investigaciones definirían este “sentimiento” como una motivación fisiológica, similar al hambre o la sed

Son muchos los poetas, escritores, cantantes y cineastas que han hablado del amor. Tradicionalmente se ha considerado que es un sentimiento, una emoción. Sin embargo, recientes investigaciones podrían contradecir esta creencia generalizada.

 
Así, en un artículo publicado en la revista “Psychology”, Enrique Burunat, profesor de psicobiología de la Universidad de La Laguna de Tenerife (España) expone varios argumentos para definir al amor como una motivación fisiológica, similar en cierto modo al hambre o la sed.

 
“En realidad, la motivación fisiológica no es la sed o el hambre, que son las consecuencias de la falta de agua y nutrientes. La motivación es la búsqueda de la homeostasis, el equilibrio del medio interno. Así, hambre y sed son los síntomas de la abstinencia de comida o agua.

 

El amor es la búsqueda del equilibrio basada en la función de ciertos circuitos cerebrales. El amor, y la capacidad de amar, se construyen durante el desarrollo cerebral humano, y por eso es esencial experimentar el amor durante la infancia y la niñez”, asegura Burunat.
El especialista señala que, si bien es posible sobrevivir mucho tiempo alimentándose mal, esto origina carencias que pueden provocar enfermedades o incluso causar la muerte.

 
“Exactamente igual es posible sobrevivir a la infancia y a la niñez sin amor, aunque con el tiempo pueden aparecer múltiples patologías físicas y mentales”, apunta.

 

 

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¿CÓMO SE SACIA EL AMOR?

 
Si el hambre se sacia comiendo, la sed bebiendo y el sueño durmiendo, ¿cómo se “sacia” el amor? Ante esta pregunta, Burunat explica que, mientras el hambre, la sed y la sexualidad “requieren de motivos externos (comida para el hambre, agua para la sed, otro cuerpo para el sexo), los motivos del sueño y del amor son internos”.

 
“El sueño se relaciona, entre otros procesos, con la grabación de las experiencias vividas en la vigilia, mientras que el amor se relaciona directamente con la actividad de circuitos de placer en el cerebro o, en otras palabras, con el equilibrio mental, la satisfacción, el bienestar y la felicidad”, indica.

 
“De hecho, el amor es una adicción inextinguible a otra persona suministradora de felicidad, independientemente de la actividad sexual que pudiera compartirse. El amor puede aparecer, o no, en cualquier momento de la vida adulta, para instalarse de manera permanente, como el resto de motivaciones”, manifiesta el profesor.

 
En este sentido, aclara que una de las principales diferencias entre emociones y motivaciones es que las motivaciones fisiológicas, una vez que aparecen, son permanentes, mientras que las emociones son efímeras.(Agencias/Quintana Roo Hoy)

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