Paloma Wong
Grupo Cantón
El crecimiento de la infraestructura turística en Quintana Roo ha propiciado la pérdida del manglar, que genera un impacto negativo en los ecosistemas y el aumento de afectación de los fenómenos hidrometeorológicos a los centros de población asentados en la orilla del mar, principalmente.
Patricia Moreno-Casasola, investigadora del Instituto de Ecología A.C., dio a conocer que la desaparición de los manglares son consecuencia de la tala o remoción que se ha llevado a cabo para abrir paso a las actividades agrícolas, ganaderas, acuícolas y turísticas, estas últimas en mayor proporción, sobre todo en la zona norte de la entidad.
“Por ahora tenemos estudios recientes para la entidad, pero a nivel nacional te puedo decir que se ha perdido o degradado entre el 40 y 60% del mangle. En el estado se está acabando por los desarrollos turísticos, en Cancún lo podemos ver, por haber construido los hoteles sobre el primer cordón de duna ya perdieron la playa con los huracanes y el costo de recuperación es enorme y la calidad no es la misma”, afirmó.
La investigadora dijo que la merma del manglar es preocupante por diversas razones, ya que este tipo de vegetación protege a las poblaciones del impacto de los huracanes, pero también es un atractivo de flora y fauna, por eso “eliminar el mangle y la arena es acabar el desarrollo turístico de Quintana Roo”.
Además el mangle es una especie de “limpiador” al interior del mar o laguna, ya que esta filtra el agua y la limpia, con lo cual evita que se contamine y tenga colores oscuros, por eso es de gran importancia mantenerlos.
En Quintana Roo existen cuatro tipos de manglar: blanco, negro, rojo y botoncillo. Estos sirven de refugio contra las condiciones climáticas extremas y de hogar de numerosas especies, como son crustáceos, mamíferos y aves.
Sin embargo, especialistas en la materia dan a conocer que en los últimos 20 años Quintana Roo ha perdido siete mil hectáreas de este ecosistema, debido al desarrollo turístico y la cifra aumentará; esta cantidad representan alrededor del 20% del total de extensión.
De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), los manglares son un ecosistema marino-costero ubicado en los trópicos y subtrópicos del planeta, que en particular brindan una gran variedad de servicios ambientales al ser zonas de alimentación, refugio y crecimiento de crustáceos y alevines, por lo que sostienen gran parte de la producción pesquera.
