CANCÚN, QUINTANA ROO.- El exceso de población flotante que tiene el municipio de Benito Juárez ocasiona que en las zonas aledañas a “El Crucero” se generen “cuarterías” en donde por menos de 2 mil pesos al mes, pueden vivir hasta cinco personas en un área de 20 metros cuadrados, es decir, una habitación de cuatro por cinco metros.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) destaca que en 2015, el hacinamiento poblacional en Quintana Roo era del 13.7%, aunque en Cancún la cifra se dispara hasta el 32% de su población.
Celina Izquierdo Sánchez, del Observatorio de la Gobernanza para la Construcción y el Desarrollo, fue clara al decir que todos los estudios de violencia, casi en su mayoría, tienen como uno de los factores que catapultan este problema el hacinamiento.
“La falta de espacio por persona que la ONU recomienda es de al menos 50 metros cuadrados, pero en la entidad los techos de las casas son bajos y el intenso sol, hace que las personas tengan muy poca tolerancia”, aseguró.
Agregó que esto en el marco de las familias genera estados de mucho estrés y puede “reventar” fácilmente en violencia, debido a que cuando no se tienen las facilidades para salir a la calle los problemas son más serios.
“Hay ciudades en donde las casas son chicas, pero la calle es amplia, es sombreada y segura, así como el parque de la colonia, lo que genera que se tolere el asunto de la vivienda; pero en nuestro caso, en donde tenemos problemas urbanos tan serios, en donde las calles no están tan seguras y no invitan a tener actividad afuera, entonces los problemas son más delicados”, expresó la investigadora.
Destacó que el hacimiento es uno de los factores que más inciden en la generación de violencia dentro de las casas, además que no se respetan los derechos de las personas, el espacio para dormir, estudiar y la vida conyugal.
“En donde caben tres hamacas y un baño comunal para todos, es el espacio de convivencia que se tiene, esto genera estrés para todos”, afirmó.
Izquierdo Sánchez aceptó que la situación del hacinamiento es preocupante y pese a que se cambió la normativa de construcción, en donde hasta el año pasado las viviendas que se vendían eran de 42 metros cuadrados y ahora el límite es de 56.
“De aquí en adelante tendrán una nueva dimensión, pero las que se construyeron con la medida antes mencionada representan un problema y se requiere de un proceso de intervención urbana de gran calado para cambiar esas condiciones”, aseveró.
Precisó que el estudio de hacinamiento del Inegi es alto para Benito Juárez y que cuando se levante el otro censo, como no ha habido una política que mejore el desarrollo urbano, posiblemente empeore.
La titular del Observatorio recordó que la idea de entregar casas pequeñas o pies de casa era porque se tenía la perspectiva que las familias podrían construir, pero que las condiciones económicas del país ocasionan que no se pueda ni siquiera ahorrar.(RENÁN MOGUEL/GRUPO CANTÓN)
