CANCÚN, Quintana Roo.-Grandes megaproyectos amenazan a las comunidades originarias de la Península de Yucatán, denunciaron organizaciones en el Encuentro Maya Peninsular de Resistencias en Defensa del Territorio: Fortaleciéndonos.
Durante se expusieron siete casos específicos en torno a los cuales se han tenido que organizar las comunidades originarias para defender sus tierras, patrimonio y modo de vida.
Uno de ellos es el del pueblo San José Tipceh, Muna en Yucatán, donde se pretende construir el parque Solar Ticul A y Ticul B a cargo de la firma Vegasolar, la cual tiene autorización federal para la instalación de 1 millón 227,000 paneles en una superficie de 700 hectáreas.
Representantes de la comunidad afectada denunciaron sobornos para la venta de sus tierras, apoyados por autoridades de los tres niveles de gobierno, mediante la organización de asambleas en las que se ofrece cerveza a los ejidatarios para que acepten ceder sus tierras a la empresa sin ningún beneficio a cambio.
Otro de los casos es el de los Guardianes de los Cenotes de Homún, Yucatán, donde lograron detener la instalación de una “megagranja porcícola” que suponía la contaminación de los mantos freáticos y el agua de los cenotes de los cuales hoy dependen turísticamente cientos de familias en la zona. Apenas una semana antes de que concluyera el gobierno de Rolando Zapata Bello en Yucatán, éste los otorgó la anuencia para instalar la granja aún y cuando había recursos legales por parte de la comunidad para impedir la actividad porcícola; actualmente se mantiene detenido el proyecto gracia a la lucha legal que dieron los habitantes.
También estuvieron el colectivo Maya de los Chenes de Hopelchen, Campeche, el Consejo Regional Indígena Maya de Bacalar, Quintana Roo, así como representantes de las comunidades Candelaria 1 y Dziuché municipio de José María Morelos, también de Quintana Roo, quienes denunciaron que pese a que hay una suspensión de los permisos para la siembra de soya transgénica desde 2015 dictada por la Suprema Corte de Justicia, no sólo ha continuado la siembra en sus comunidades, sino que las fumigaciones que acompañan dicha actividad, realizada principalmente por comunidades de menonitas, ya les han ocasionado la pérdida de más de 600 colmenas para la producción de miel orgánica a consecuencia de loa agroquímicos. (Jesús Vázquez/Grupo Cantón)