Cada tres años el mes de septiembre se convierte en una pesadilla para nosotros los ciudadanos, previo a la transición de poderes municipales. Y es que tanto la seguridad como el servicio público de recoja de basura y limpieza de áreas públicas, sufren una estrepitosa caída que afecta a todos por igual, excepto para quienes están al mando: por su calle si pasa el camión recolector, no falla el alumbrado público, y al menos una patrulla está al cuidado de sus hogares, aunque el funcionario no se encuentre en casa.
La basura se acumula por varias semanas en las aceras de Solidaridad y en los demás municipios, y en respuesta a esta seria deficiencia hay quienes se atreven a llevar su basura a terrenos baldíos, la arrojan por donde pueden, incluso afectando a los demás vecinos. El calor característico de la región y el pésimo manejo de la basura suman a esta seria problemática los fétidos olores.
Lo anterior se debe principalmente a los onerosos contratos de arrendamiento de camiones recolectores de basura que firman las administraciones municipales, contratos que fenecen antes del fin de la administración. Los camiones son retirados y comienza el caos. Sumado a ello, los camiones propiedad del municipio no reciben el mantenimiento adecuado y en varias ocasiones se les ha visto parados, totalmente averiados, con la pestilencia afectando a los vecinos.
Lo mismo aplica para la seguridad pública. El modelo de arrendamiento puro de patrullas al que recurren quienes están en el poder, también afecta a los ciudadanos toda vez que una o más semanas previas al cambio de estafeta, las patrullas son retiradas por el arrendador dejando la seguridad pública a la deriva. En una entrevista Lili Campos dijo que este tipo de arrendamientos trae beneficios puesto que el municipio ya no se encarga del mantenimiento y reparación de las unidades, sino lo hace el arrendador. Lo que muchos no saben, ni ella, es que las unidades arrendadas que sufren una avería son llevadas a talleres designados por el arrendador en donde pasan incluso meses sin que sean reparadas, tal fue el caso de las patrullas arrendadas por la Secretaría de Seguridad Pública del Estado en 2017, varias de las cuales permanecieron inservibles en dos talleres de Playa del Carmen en la Calle 9 Sur esquina 105 Sur y en el taller de la calle 30 Norte con la 90 Norte, ambas en la colonia Ejidal.
Los ciudadanos tenemos la última palabra, y debemos exigir que estos dos importantes servicios no decaigan al final de la administración. Exijamos.
