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noviembre 21, 2024

Nuestro mundo

La Cuarta Revolución Industrial

Históricamente la humanidad ha presenciado tres procesos industriales de transformación; la primera marcó el paso de la producción manual a la mecanizada, entre 1760 y 1830; la segunda alrededor de 1850, que trajo consigo la electricidad y permitió la manufactura en masa. La tercera tuvo su lugar a mediados del siglo XX, con la llegada de la electrónica, la tecnología de la información y las telecomunicaciones (Parasso, Valeria 2016). Luego entonces, el cuarto proceso histórico transformador, al que los economistas le han atribuido el nombre de “Cuarta Revolución Industrial”, también llamada “Revolución 4.0”, está en puerta.

Esta revolución conjunta medios digitales, físicos y biológicos; basada en sistemas ciberfísicos que combinan infraestructura física con software, sensores, nanotecnología, y tecnología digital de comunicaciones. En ella, el internet aparece con un papel protagónico, cambiando el mundo del empleo por completo y afectando de manera global a las industrias que no estén preparadas para ello. Tiene el potencial de elevar los niveles de ingreso globales y mejorar la calidad de vida de las personas, quienes están siendo beneficiadas con la llegada del mundo digital, situación que en la cotidianidad se está experimentando, es decir, con la posibilidad de hacer pagos, escuchar música o pedir un taxi desde un teléfono celular. No obstante, se espera un apuntalamiento en las áreas de inteligencia artificial, la impresión 3D, la robótica y la biotecnología.

Esta transformación está modificando la forma en la que las personas se relacionan, y la manera en la que funcionan las economías, se trata probablemente del cambio más disruptivo y profundo de la historia, un cambio que ocurre a ritmo acelerado. Para Klaus Schwab, director ejecutivo del World Economic Forum, “La cuarta revolución industrial, no se define por un conjunto de tecnologías emergentes en sí mismas, sino por la transición hacia nuevos sistemas que están construidos sobre la infraestructura de la revolución digital”. Una de sus principales características, es que no cambia lo que hacemos, si no lo que somos. (Parasso, Valeria 2016)

La Cuarta Revolución Industrial ofrece enormes oportunidades para introducir cambios positivos, sin embargo, el proceso de transformación sólo beneficiará a quienes sean capaces de innovar y adaptarse. A su vez, es importante destacar que esta evolución podría acabar con cinco millones de puestos de trabajo en los 15 países más industrializados del mundo.

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