POR LICETY DÍAZ
El pasado 27 de septiembre tras celebrarse el Día Mundial del Turismo, destacaron al turismo rural, segmento que la Secretaría de Turismo de Quinta Roo se ha volteado a ver de manera “obligada” tras los golpes que ha dado la pandemia covid-19 a otros segmentos de la industria sin chimenea.
Los aportes del gobierno estatal hacia esta modalidad que hasta hace poco era vista como el patito feo son escasos, capacitaciones, certificaciones y apoyo para un mejor bienestar hacia estas comunidades aportan más sin discusión alguna, las asociaciones civiles y las organizaciones internacionales.
Parafraseando a mi buen amigo Gonzalo Merediz Alonso, director ejecutivo de Amigos de Sian Ka’an, “el turismo rural no es la solución a todos los problemas de una comunidad, pero sí es una herramienta para abatir la pobreza”.
Desde hace alrededor de cinco años se habla de la diversificación de la industria sin chimenea en el estado, pero el alcance a este segmento queda rezagado a pesar de ser un aliciente económico para las comunidades y el propio gobierno se beneficia por los aportes de las comunidades al cuidado en las Áreas Naturales Protegidas, reservas ecológicas, cuidado del agua, la flora y la fauna, el agroturismo, montañismo, aveturismo, senderismo, estas dos últimas dejan una gran derrama a nivel mundial.
El potencial para el desarrollo de actividades de turismo vinculado a naturaleza es muy amplio por todo el Estado y es algo que lamentablemente está desaprovechado.
El turismo rural es una revitalización, una especialización dentro de la oferta turística que surge por la aparición de nuevas motivaciones de la demanda y el agotamiento del conocido turismo de masas.
Se trata entonces de explotar al consumidor lo que le satisface la revalorización de los cultural y lo natural, este cambio de tendencia turística va en aumento en el mundo, por la calidad medio ambiental y que cada vez más comunidades se vean beneficiadas.
La Organización Mundial del Turismo, respecto al panorama de la modalidad en este 2020, observa que la gama de productos que se ofrecen a los turistas rurales sigue siendo relativamente limitada, pero se prevé que ésta aumentará notablemente en los próximos cinco a diez años. Si bien no se espera una orientación masiva de los turistas hacia este segmento del mercado, el crecimiento del turismo rural es una tendencia evidente, pero saque usted sus propias conclusiones, punto y final.