POR: LICETY DÍAZ
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La agencia Viajes el Corte inglés México, eligió a Bacalar como Pueblo Mágico Favorito 2020, el anuncio se hizo apenas a finales del mes pasado, en pleno pico de pandemia y claro está las autoridades hicieron alardes de la certificación turística que se enfoca en proteger la salud de los quintanarroenes y turistas.
Sin embargo, en el municipio desde que llegó el Covid-19 ha sido golpeado el sector turístico sustento del cual dependen la mayoría de los habitantes del pueblo, el impacto ha sido devastador al punto que 10 hoteles no abrirán en esta Nueva Normalidad por decisión de los propietarios como medida de prevención y el alto riesgo de contagio que se ha disparado en el sur.
Ahora bien, lamentablemente esta mala noticia para los turisteros de la zona, es un aliciente para la laguna de Bacalar y que el medio ambiente en el sitio respire y tuvo que llegar una pandemia para que los empresarios (algunos al menos porque muchos de seguro seguirán con sus malas prácticas) tomen conciencia de que si viven de las actividades turísticas deben hacer respetar la sustentabilidad y que no solo sea de boca para afuera cuando los tour operadores desarrollan sus rutas y lo cacarean como un guión obligado.
Digo esto porque un estudio de Luisa Falcón Álvarez, del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México, arrojó que el excesivo uso de eventos en la laguna de los Siete Colores y desechos de la agricultura ha provocado que pierda su esplendor.
Un atractivo lugar que no se ha sabido cuidar al cien por ciento “el turismo desordenado y la falta de tratamiento de aguas residuales están acabando con el arrecife bacteriano de agua dulce más grande del mundo”, denunció.
La arena blanca del sitio, los diferentes gradientes de profundidad, cenotes y manantiales le otorgan esa variedad de colores de azul en ciertas horas ya se transforman en una coloración verdosa y café.
Se ve más problemático en la cuenca hidrológica, que constituye un corredor transversal costero de flujo de aguas superficiales y subterráneas que conecta al Caribe con otros cuerpos de agua, y ahora se vierten grandes cantidades de nitrógeno y fósforo que favorecen el crecimiento del plancton, lo que ha derivado en el cambio de coloración, explicó la experta.
Este sitio además de ser el cuerpo de agua dulce de mayor tamaño de la península de Yucatán, Bacalar alberga al arrecife de bacterias de agua dulce más grande del mundo, donde existen las comunidades microbianas que forman arrecifes hechos por bacterias que viven desde hace nueve mil años en la zona. En temporada alta, las lanchas se estacionan sobre los microbialitos lo que hacía que comenzaron a recuperarse, pero no es suficiente porque este tipo de comunidades tarda décadas en hacerlo.
A manera de aliviar en algo la ambición de los empresarios que solo piensan en acaparar más turistas y ganar más billete, universitarios trabajan de la mano con la Secretaría del Medio Ambiente para determinar qué zonas deben ser consideradas núcleo de conservación, en las cuáles no debe haber visitas, cuáles deben tener un control muy estricto de acceso y cuáles se consideran perdidas por el movimiento de la gente que han acabado con lugares de la laguna al punto de provocar su erosión.
Si deseamos llenarnos de orgullo de la joya que tenemos en el sur de Quintana Roo, debemos mirar y analizar las cosas que el ser humano realiza, no se vale sacarle provecho y enriquecimiento sobre todas las cosas y que la duración del espacio quede relegado, por eso me pregunto entonces ¿Habrá Pueblo Mágico para rato?, pero saque usted sus propias conclusiones, punto y final.
