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noviembre 25, 2024

De La Timba a la Banda

La caja está cuadrada

El pasado fin de semana, Carlos Joaquín González, aseguró que los hoteles RIU Riviera Cancún y Grand Island, proyectos aprobados por la Secretaría de Marina y Recursos Naturales (Semarnat) en la zona hotelera de Cancún serán un hecho.

A capa y espada defendió la construcción de estos dos nuevos centros de hospedajes y dio certeza jurídica, explicó que pasaron por procesos de autorización federal e incluso uno de ellos enfrentó largos litigios que logró sortear luego de varios meses en tribunales.

Como el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) lo había comentado la semana pasada, refutó que cuentan con autorizaciones hechas por dependencias federales durante el actual gobierno de México, en otras palabras, el RIU Riviera Cancún y Grand Island cumplen con la ley.Esto es un llamado para los ambientalistas que desde que salieron a la luz pública estos proyectos se alarmaron por las consecuencias que causará al destino por la sobredensificación, incluso hicieron algunas protestas sin éxito por el levantamiento de las majestuosas infraestructuras y hasta amparos ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y el Ayuntamiento de Benito Juárez.

A pesar que desde hace años se conoce esto, al “jugoso negocio” hay que darle la vuelta, ya no existe la capacidad para dar servicio a nuevas habitaciones en la zona, pero de seguro los especialistas que elegirán para estudiar el caso de ambos proyectos en este punto de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), le darán luz verde, a pesar que la sobrecarga en este entorno es preocupante.Recordemos que en octubre de 2019, Andrés Manuel López Obrador, y el titular de la Secretaria de Turismo federal (Sectur), Miguel Torruco Marqués, anunciaron la construcción del hotel Grand Island Cancún, cuya inversión asciende a 10 mil millones de pesos y la calificaron como una de las más grandes inversiones turísticas que se han hecho en 30 años en el país.

Un proyecto de tres mil habitaciones hoteleras, dividido en dos fases proyectadas para iniciar operaciones en 2022 y 2024; además, contará con financiamiento del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) y dos bancos extranjeros, lo cual aseguró que es muestra del interés por invertir en México.En el caso del RIU Riviera Cancún, es un proyecto hotelero de 530 habitaciones que obtuvo los permisos ambientales federales en diciembre de 2015, pero no fue sino hasta febrero de 2016 que la Semarnat publicó su resolución en la Gaceta Ecológica.

En la MIA, la cadena RIU adelantaba que el hotel implicaría una inversión de 95.6 millones de dólares, además que el inmueble sería de un solo cuerpo en forma de “L” alargada de 16 niveles.Las obras del proyecto iniciaron obra desde hace unas semanas en un predio del kilómetro 17 del bulevar Kukulcán.Cinco años atrás, el hotel enfrentó diversos cuestionamientos del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda) y se logró la suspensión de la obra, sin embargo,  perdieron los recursos y el proyecto se levantó con el ave fénix y este año iniciaron finalmente su construcción.

No hay dudas que la caja está cuadrada, a pesar que la zona hotelera de Cancún ya sufre de exceso de infraestructura y sobre explotación de uso de suelo, las autoridades dicen lo contrario porque es la lucha de ganar inversiones a toda costa, pero saque usted sus propias conclusiones, punto y final.

 

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