Al extenderse la zona de riesgo de contagio por la pandemia del Coronavirus Covid-19 para Cancún, hasta el 25 de junio próximo, los planes de los hoteleros asentados en el puerto turístico más importante de México y América Latina, se fueron más lejos del cálculo que habían pronosticado luego del cierre de más de 100 inmuebles, que dejó sin trabajo y en la ruina a más de 600 mil empleados.
Los voraces inversionistas españoles, -los principales propietarios de las cadenas más importantes en Cancún y la Riviera Maya- no pensaron ni un instante en dejar sin sustento a miles de empleados mexicanos y a otros de distintas partes del mundo, tras el decreto del gobierno federal de que había que cerrar la zona hotelera y evitar con ello la propagación del virus. Hay que recordar que la pandemia causó el impacto más severo cuando se dio a conocer el fallecimiento de miles de ciudadanos italianos, españoles, chinos y después los estadounidenses, lo que hizo tomar verdaderas cartas en el asunto.
Si bien es cierto que el Covid-19 ha amenazado la vida de millones de terrestres, las medidas adoptadas por los gobiernos de Europa fueron tardías tras extenderse a grado tal, que causó pánico entre la población de los cinco continentes.
De ahí que los empresarios hispanos en Cancún, tras ver caer a miles de sus coterráneos en la propia España, decidieron cerrar los picaportes de sus lujosos hoteles para no correr mayores riesgos de contagios y no les importó dejar sin sustento a miles de empleados, la mayoría, jefes de familia.
Ni siquiera fueron capaces de otorgarles algún fondo a sus ahora exempleados en desgracia, de los cientos de millones de dólares que han amasado en el Caribe mexicano, producto de las concesiones graciosas que les han otorgado los gobernadores de Quintana Roo en turno y que se quedan en España o donde tienen sus paraísos fiscales, porque sus centrales de reservaciones están en la Madre Patria.
Y así como los españoles dejaron en menos cero a mexicanos en general, igual suerte implementaron sus homólogos estadounidenses y connacionales, quienes no otorgaron ninguna ayuda a los miles de trabajadores que tuvieron que sucumbir ante la pandemia que acabó con la supervivencia de otros más de 300 mil empleos en Quintana Roo.
Para avalar la pérdida de miles de fuentes de trabajo en nuestra entidad, el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) enfatizó que el panorama es desolador para los cientos de miles desempleados, ya que será muy difícil que recuperen su microeconomía, tras la cancelación de también de millones de reservaciones que causaron baja para Semana Santa y las vacaciones de Pascua por el llamado Coronavirus.
De su lado, el Centro Coordinador Empresarial del Caribe (CCEC) puntualizó que a la fecha existen alrededor de un millón de personas sin empleo en la entidad, producto de las medidas restrictivas promovidas por todas las instituciones de salud, creadores de la teoría del aislamiento social y que en nuestro país adoptaron como “Su Sana Distancia”.
Asimismo, se informó que debido a las limitantes de transportación y movilidad en todo el mundo, calcularon una pérdida de tres meses de viajes que causará una reducción del 15 por ciento en los empleos que están dedicados a la promoción del turismo. Gloria Guevara Manzo, presidenta y CEO del WTTC y extitular de la Secretaría de Turismo en la administración de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) apoyó las consecuencias del Coronavirus a nivel local y refirió que el golpe para Cancún y Playa del Carmen sería mucho mayor de lo que se pronosticó.
Con estadísticas la Maestra en Turismo indicó que el 49.6% del PIB de México proviene de esta actividad; en tanto que en la entidad el 37.7% de los espacios laborales están relacionados a la actividad turística y que representa más de 200 mil empleos directos y cientos de miles, indirectos.
La ocupación hotelera en Cancún se desplomó desde los últimos días de marzo, cuando registraba los niveles máximos del 93% que se habían previsto para Semana Santa de este abril del 2020.
