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7 mayo, 2024

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Taxi… por favor (primera parte de dos)

Cuando Cancún iniciaba como centro turístico parecía que todo iría a funcionar de maravilla, uno de los servicios que fue adquiriendo expansión fue el sistema de transporte llamado taxi

Cuando Cancún iniciaba como centro turístico parecía que todo iría a funcionar de maravilla, uno de los servicios que fue adquiriendo expansión fue el sistema de transporte llamado taxi; muchos de ustedes recordaran cuando al abordar aquéllos automóviles era una delicia pues aunque no tenían aire acondicionado funcionando, daba gusto ver como el pasaje se arrellanaba en asientos firmes y macizos, el pasaje se veía como en la cima de una cresta; podías ver quienes viajaban. Muchos de esos asientos estuvieron cubiertos de plástico para evitar que cuando lloviera los pasajeros provocaran con la humedad atropellos irreparables en los mismos. Las puertas funcionaban a la perfección, los cristales se podían accionar de forma normal, los choferes hacían la parada a quién se las pidiese sin ninguna clase de miramientos y…todo aquello finalmente quedó en un hermoso recuerdo.

La ciudad creció, la demanda de servicio de transporte  igual y los taxis se quedaron estancados en condiciones deplorables: puertas en mal estado, azotándola fuertemente o varias veces para no caer; asientos hediondos, vencidos, maltratados, roídos, con un desagradable forro de mala facturación para cubrir sus deformidades acaecidas por su antigüedad; quien se apoltrona en el taxi aplastara una vez más el asiento haciendo que  la columna sufra una leve distorsión pues no hay manera de acomodarse; las ventanas suelen tener desperfectos y no funcionan como se debe agregando que existe un elevado porcentaje de vehículos tan asquerosamente viejos, que los olores del escape inundan la ropa del ocupante y de paso  contaminan el medio ambiente. ¿Y qué más recuerda usted?

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