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4 mayo, 2024

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La capacidad de asombro

El problema de la inseguridad, de la violencia que azota a Quintana Roo no sólo es que se pierden vidas ni la psicosis que se ha despertado en la entidad, sino que además corremos el riesgo quienes aquí vivimos de acostumbrarnos a los que está pasando.
Para los medios, una ejecución ya no es más que una nota, para la policía ya no significa más que otro caso, existen alteros de expedientes de asesinatos en la Fiscalía, sin resolver hasta ahora uno solo en lo que va del año.
Recuerdo hace algunos años, la nota policiaca de los periódicos locales se refería al robo de una bicicleta o al pleito entre dos rijosos afuera de un bar en la avenida Yaxchilán.
Y cuando se llegaba a suscitar un asesinato, esto era noticia de escándalo, era la entrevista obligada al jefe de la policía, incluso al alcalde y hasta al gobernador del estado.
Hoy ya no es así, ahora se suscitan en Cancún un promedio de dos asesinatos y medio en una semana o bien 10 al mes, una cifra exorbitante que, quienes tenemos muchos años viviendo en esta ciudad, simplemente no podemos dar crédito.
Las pérdidas humanas en manos del crimen no pueden ser sólo estadísticas, no, se trata de personas, de gente que cualquiera que haya sido su función en esta tierra, tiene familia, amigos, una vida…y hoy sólo es un expediente inconcluso.
Los cancunenses no podemos permitir por ningún motivo que nos acostumbremos a la existencia de personas ejecutadas en las calles. Debemos levantar la voz y exigir justicia pronta y expedita.
No podemos perder nuestra capacidad de asombro, porque entonces nos habremos deshumanizado.
Lo ocurrido en esta ciudad es alarmante y como sociedad no podemos permitir que se convierta en otra Ciudad Juárez u otras localidades sumamente violentas.

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