Ser “Emprendedor” no es lo mismo que “Aprendedor”, el primero puede ser un acto solitario y el segundo es reflejo de acciones colectivas, es una actitud que se vincula con terceros, aprendemos de nosotros mismos y el crecimiento se da con la interacción de los demás, “emprender” con actitud de “aprendedor” nos lleva a tener resultados por un principio básico con terceras personas, me refiero a “pedir ayuda”.
La “ayuda” es el reconocimiento a que no somos todólogos ni autosuficientes absolutos, aprendemos que nada se logra sin proveedores y tampoco sirve lo logrado sin cliente final, todo es una cadena y es importante sabernos apoyar en los demás, inclusive ser óptimos en los procesos con la ayuda de buenos asesores, es un acto de sencillez y un concepto objetivo que nos fija en el camino correcto de las estrategias, “ayuda” es la palabra que pone en juego la inteligencia de los negocios, como en la inteligencia emocional, entendamos que los negocios y la vida tienen dosis de pasión, involucra sentimientos y la educación competitiva que hemos recibido se enfoca en ganar a como dé lugar.
La educación juega un papel básico en todo esto, del 100 por ciento de alumnos en una escuela se lograrán muy pocos “emprendedores” si la enseñanza es para lograr un buen trabajo, sucede que se les repite que se preparen para ser contratados y cobijados por alguien, protegidos en la seguridad de un salario y escalar profesionalmente en la misma tónica, por lo que el concepto de competencia es entre los que serán empleados, no empleadores.
Por otro lado, un “emprendedor” nunca debe pensar en su salario, en su mentalidad crecerá la inquietud de emplear gente, ser productivo y mantener la vigencia de sus proyectos para no ser desplazado del mercado, vive dos tipos de competencia, la propia en una innovación constante y por consecuencia la del mercado, la que definirá el éxito de su producto o servicio.
