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30 abril, 2024

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Cae la mordaza del Régimen Borgista

Hace unos días vi una entrevista donde un conocido conductor de televisión aclaraba que pese a los señalamientos en su contra, él no era amigo del exgobernador Roberto Borge Angulo. Que sí tuvo que prestar sus servicios al régimen, pero que no se consideraba amigo ni cercano al ex mandatario.
No pude evitar preguntarme cuántos comunicadores más no estarán en esa situación, cuántos no se vieron obligados por el régimen borgista a actuar de determinada manera, decir o escribir ideas que no compartían pero que si no lo hacían sufrirían las consecuencias ellos, sus familiares y bienes.
No solo periodistas, hubo también empresarios, profesionistas y subordinados que bajaron la cabeza y acataron sin chistar las órdenes del exgobernador que se ufanaba en ser el más joven en la historia del estado y que intentó imponer el “quintanarroísmo” como el derecho divino a los frutos de esta tierra, que estarían negados a todos aquellos que no siguieran su ideología.
Quienes tuvieron la oportunidad de convivir con Roberto Borge o estar bajo sus órdenes saben muy bien que el exgobernador no acostumbraba a recibir un no por respuesta y que se ensañaba con aquellos que no hacían su voluntad al grado de considerarlos sus enemigos.
Fueron muchas las persecuciones ordenadas contra sus adversarios, el descrédito instrumentado a través de redes sociales y en pasquines financiados por el gobierno estatal. Se trataba en efecto de una persecución y la ruina pública no solamente hacia sus enemigos, sino hacia las familias de estos, sus negocios e intereses.
Escuchando a este conductor no puedo evitar pensar en cuántas personas actuaron como él, cuántos no simularon estar con Borge, cuántos no llenaron sus oídos de elogios para recibir la venia gubernamental para sus negocios. Cuántos no alimentaron el ego de ese personaje que se creyó dueño de Quintana Roo y merecedor de todos los frutos de esta tierra.
Solo él y sus más cercanos podían beneficiarse, la bonanza estaba negada para los detractores, de allí que muchos se hicieron cómplices y muchos otros simularon, bien sea por temor o por recibir algún beneficio.
Ahora ya muchos se sienten liberados, son libres de hacer y decir lo que realmente sienten y lo primero que han hecho es criticar el antiguo régimen opresor que logró callarlos. Es una especie de catarsis para liberarse de todo lo callado durante cinco años de autoritarismo.

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