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febrero 09, 2025

Tulum

Nuevo escándalo sacude a Diego Castañón, edil de Tulum

REDACCIÓN / GRUPO CANTÓN

TULUM.- El municipio de Tulum enfrenta una grave crisis tras la denuncia de un presunto desvío de 23 millones de pesos atribuido al tesorero municipal, Bernabé Antonio Miranda Miranda. Esta acusación, que apunta directamente a la gestión del alcalde Diego Castañón, ha desatado una fuerte indignación ciudadana y ha puesto en duda la transparencia en el manejo de los recursos públicos.

La polémica cobró fuerza durante el evento de inicio del pago del predial, donde el tesorero fue relegado de sus funciones y se le impidió tomar la palabra, lo que muchos interpretaron como una medida de desconfianza por parte del alcalde. Además de la malversación de fondos, Miranda Miranda enfrenta señalamientos por presunto enriquecimiento ilícito, destacando la adquisición de propiedades de alto valor en Mérida, Yucatán.

En respuesta al escándalo, el regidor Eugenio Barbachano, presidente de la Comisión Anticorrupción, anunció que se presentarán denuncias ante la Fiscalía y se exigirá la aplicación de todo el peso de la ley.

Mientras tanto, los ciudadanos han salido a las calles para exigir rendición de cuentas y justicia, dejando claro que no tolerarán más actos de corrupción.
Este caso reabre el debate sobre la urgencia de fortalecer los mecanismos de control en la administración pública y garantizar una gestión transparente.

Corrupción sacude a Tulum

Por otro lado, la administración de Diego Castañón enfrenta una crisis de gran envergadura tras las acusaciones de corrupción dirigidas contra su jefe de oficina, Bernabé Pech. Según fuentes cercanas al caso, Pech está señalado por presuntamente desviar más de 20 millones de pesos durante su gestión, generando serias dudas sobre la transparencia en el manejo de los recursos públicos.
Estos señalamientos han encendido alarmas no solo dentro del gabinete, sino también entre diversos sectores de la ciudadanía, quienes exigen una investigación exhaustiva y sanciones ejemplares.

La presión por parte de colaboradores y funcionarios del propio gobierno no ha tardado en surgir. Algunos piden la destitución inmediata de Pech para demostrar un compromiso genuino con la rendición de cuentas, mientras otros advierten que factores políticos y familiares, como la influencia de la esposa del funcionario, Silvia Dzul, podrían obstaculizar cualquier acción contundente.
Este panorama ha puesto a prueba el liderazgo de Castañón, cuya respuesta o inacción ante el escándalo podría definir el rumbo de su administración en los próximos meses.

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Por ahora, el silencio oficial solo alimenta la incertidumbre y la desconfianza pública. Organismos ciudadanos y críticos del gobierno advierten que la falta de respuestas claras no solo agrava la percepción de opacidad, sino que envía un mensaje preocupante sobre la tolerancia a prácticas que afectan directamente a la población.

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