REDACCIÓN / GRUPO CANTÓN
Cozumel.- La construcción de un cuarto muelle en Cozumel ha desatado una fuerte oposición entre lancheros, prestadores de servicios turísticos, ambientalistas y habitantes de la isla, quienes advierten sobre los graves riesgos ecológicos y económicos que implicaría la obra, especialmente en la zona del arrecife de Villa Blanca.
La inconformidad se materializó en una movilización pacífica protagonizada por más de 150 embarcaciones turísticas, que rodearon una plataforma flotante instalada por la empresa responsable del proyecto. En el lugar, los manifestantes exigieron el cese inmediato de los trabajos de perforación iniciados hace dos semanas, los cuales, denuncian, comenzaron sin consultar a la comunidad ni contar con claridad sobre los posibles impactos ambientales.
Según los protestantes, el arrecife de Villa Blanca es uno de los pocos puntos cercanos accesibles para los lancheros que no tienen autorización para operar en zonas más lejanas, y representa una fuente vital de sustento para guías de snorkel, instructores de buceo y pequeños operadores náuticos. Temen que la construcción del nuevo muelle provoque un daño irreversible al ecosistema coralino, disminuyendo la biodiversidad marina y afectando la afluencia turística que busca experiencias sustentables.
Hasta el momento, las autoridades no han emitido una respuesta oficial ante las demandas de los inconformes, quienes aseguran que continuarán organizándose para defender el arrecife y su forma de vida.
