CANCÚN, Q. ROO.- El obispo Pedro Pablo Elizondo aseguró que el clima de violencia que se ha desatado en los últimos días en Cancún no puede continuar así, pues de lo contrario significaría “la muerte” para un destino turístico que necesita garantizar paz y seguridad tanto a sus visitantes como a los residentes de la ciudad.
Es hasta cierto punto normal que durante un cambio de gobierno “se revuelvan las aguas”, pero esto no puede durar mucho tiempo y las nuevas autoridades están obligadas a emplear incluso recursos extraordinarios para volver a garantizar la seguridad, dijo
“Quintana Roo y los gobernantes deben tomar las medidas extraordinarias necesarias para que esto no siga en ese plan; es muy perjudicial, peligroso, dañino para un destino turístico del nivel de Cancún, la gente no se merece eso”.
El prelado dijo sin embargo, estar confiado en que las nuevas autoridades terminarán en unas cuantas semanas de tomar las riendas del gobierno tanto a nivel estatal como municipal para poder estabilizar la situación y revertir el clima de violencia que se ha desatado en los últimos días en Cancún especialmente.
“En un cambio de gobierno siempre pasan esas cosas. Son semanas en las que hay que darles chance a que se den cuenta dónde quedó la bolita, quién se llevó lo que no se tenía que llevar, darles chance de que se ubiquen y tomen las riendas con mano firme, mano dura cuando sea necesario”.
Advirtió sin embargo que esto no puede prolongarse más allá de las primeras semanas de gobierno pues garantizar la seguridad es la prioridad número uno de cualquier gobierno para con sus ciudadanos.
Además de que son los propios ciudadanos los primeros obligados a exigir a las nuevas autoridades respuestas prontas y eficaces respecto de los problemas más apremiantes para la ciudad y el estado en general.
“El estado tiene todos los recursos para garantizar la seguridad, todos los medios para hacer que cambie la situación. Tienen todos que echar mano de los impuestos, se debe canalizar todo lo que se tenga para asegurar la paz, porque no estamos en un municipio aislado en la sierra, como en Guerrero o Michoacán; Cancún es un municipio poderoso y en ese sentido tiene que responder a sus ciudadanos”.
Al preguntársele si el clima de violencia que se vive actualmente pudiera deberse a una negociación de plaza entre el crimen organizado y las nuevas autoridades, Pedro Pablo Elizondo dijo desconocer si exista una situación de ese tipo, pero insistió en que “las fichas tienen que volver a acomodarse” y las autoridades “deben tomar el toro por los cuernos”. (Jesús Vázquez / QUINTANA ROO HOY)
