Rocío Villalobos
CANCÚN, Q. Roo
Tener un hijo de vacaciones puede resultar ser la experiencia más costosa de los padres de familia, quienes intentan buscar actividades de verano para éstos, pero en algunos casos resultan mucho más caras que la propia mensualidad de la escuela.
Muchos padres de familia además se ven saturados con los gastos de salida de la escuela, principalmente a nivel preescolar y primaria, los cuales tuvieron que desembolsar para los disfraces y la ropa de graduación en el caso de los últimos años, para los festivales de fin de curso.
Durante julio, buscar actividades recreativas para losniños mientras los papás siguen en el trabajo, se ha convertido en una verdadera carga, ya que requieren de tiempo y dinero para evitar dejarlos solos en casa.
Lo peor del caso es que además de estos cursos de verano vienen pegados los gastos divididos en un mes para el regreso a clases, que van desde la inscripción, hasta el pago de uniformes, útiles escolares, zapatos, materiales y libros.
En internet aparece una gama de lugares que ofrecen espacios para tener entretenido a un niño en edad escolar, dentro del mismo horario como si estuvieran en clases.
Los más económicos van desde los 200 pesos al día por niño, con actividades como dibujos y artes plásticas, hasta quienes ofrecen espacios tipo campamento con alberca y la práctica de deportes.
En promedio, un curso puede ir desde los mil hasta los 2 mil pesos por semana, dependiendo de la actividad a elegir, estamos hablando de 4 a 8 mil pesos por un verano, tomando en cuenta que estas vacaciones son poco más de cuatro semanas.
Lo anterior es únicamente en el caso de las familias con un niño en edad escolar, de lo contrario, el costo se duplica o se incrementa 60% más (algunos lugares ofrecen descuento a los que tienen hermanos).
El psicólogo José Castellanos destacó que muchas familias se ven en la necesidad de tomar este tipo de actividades debido a que no cuentan con familiares que les ayuden con el cuidado de los menores.
Ante los altos costos de los cursos, algunos padres de familia prefieren programar sus vacaciones en estas fechas, no obstante, los trabajos no dan más allá de dos semanas, por lo que se ven obligados a cubrir el resto de la temporada con actividades recreativas.
Cómo elegir un buen lugar
Antes de elegir, es común que los padres se topen con prejuicios, como el hecho de creer que por pagar una gran cantidad de dinero asegura que el niño estará en buenas manos o que las opciones gratuitas son de mala calidad.
Para el psicólogo José Castellanos es importante saber que un curso de verano no se puede evaluar por su costo, se debe evaluar por su contenido.
Antes de tomar una decisión es necesario investigar, e incluso, visitar el lugar donde se imparte, con la finalidad de preguntar por aspectos como qué materiales usarán los niños.
“Hay escuelas particulares que ofrecen cursos muy caros y que sólo tienen a los niños en un sitio bonito, pero sin ninguna guía”, dijo el especialista.
“Todo buen curso de verano tiene un programa bien definido por lo que es de suma importancia preguntar a quienes lo organizan, cuál es ese programa, qué fechas tienen programadas, cuáles son los horarios y las metas a conseguir”, finalizó.
