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27 abril, 2024

Cancún

Derrochan millones para conquistar votos

Hasta 1,500 pesos cuesta cada sufragio en Q. Roo; INE revela que el gasto promedio es de $400.

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Jazmín Ramos
CANCÚN, Q. Roo

En Quintana Roo, el costo del voto se encuentra entre los más caros del país, sí se toma en cuenta que el abstencionismo en la entidad oscila entre el 55 y el 60 por ciento, de acuerdo a los resultados de las tres últimas elecciones locales exhibidas por el Instituto Nacional Electoral (INE).

El encarecimiento del sufragio, está ligado a lo que invierten los órganos comiciales y los partidos políticos para estimular al electorado, pues la percepción generalizada de los ciudadanos es que el voto no garantiza un cambio real, lo que ha provocado que se incrementen los “dedos blancos”.

Según especialistas en propaganda y marketing político, el abstencionismos se debe a la apatía, el descontento social y el descredito que gozan los partidos en general, debido a los casos de corrupción y los excesos en lo que se han visto involucrados, lo que ha obligado a invertir más para conquistar el voto.

De modo que ante estas condiciones, se rebasan por mucho los topes de campaña en los procesos electorales, sobre todo de los candidatos que realmente buscan ganar la elección, pues quienes entran a los comicios para fraccionar el voto o por conseguir un cargo al término de la misma, sólo invertirán lo necesario a fin de lograr su objetivo.

Datos del INE, refieren que el gasto promedio por voto en México es de 400 pesos; sin embargo, las empresas de marketing político revelan que en realidad el costo del sufragio varía dependiendo del escenario y las condiciones sociales de cada región, por lo cual se puede disparar hasta en mil 500 pesos, que es el caso de Quintana Roo.

El representante en México del Centro Latinoamericano de Estudios de Opinión (CLEO), Carlos Gordoa Palma, explicó que tomando en cuenta el rezago social en el estado, el bajo nivel educativo y la apatía que muestran el electorado, un candidato a un puesto de elección popular tendrá que gastar más de un millón de pesos para poder competir en el proceso comicial.

Dijo que, el costo del sufragio depende de varios factores, pero principalmente a la participación de la ciudadanía en los procesos electorales; es decir, a mayor abstencionismo, la inversión por sufragio se eleva, de ahí que si se toma en cuenta los resultados de los últimos comicios en Quintana Roo, el presupuesto oficial destinado al voto queda por demás rebasado.

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“Este contexto nos muestra que a comparación de otras entidades con menor abstencionismo, en el estado el costo por voto puede llegar hasta mil 500 pesos y a ello se le suma lo que se presupuesta para la campaña, pues no solo se trata de que salgan a votar, sino que además se tiene que lograr que voten por una determinado candidato”.

Mencionó que, las campañas políticas parte de un ejercicio democrático, esto quiere decir que se buscará lograr ser parte de lo que quiere la mayoría, para ello se establecerá la mejor estrategia a efecto de conquistar al electorado.

“La estrategia de la campaña, la dicta el escenario y para ello se requiere información geografía y estadística del estado, municipio o región por la que se va a competir, lo cual implica un gasto a partir de ahí, se arma una estructura en la que se involucra a un director y tres asesores, quienes verán el tema territorial, político y logística de marketing, este último tendrán directores de área relacionados a los medios de comunicación y plataformas digitales, así hasta llegar a los brigadistas, promotores del voto y avanzada”.

Añadió que en sí, hay un gran capital humano detrás de una campaña, obviamente aquí entra también la ética del candidato y el partido que los impulse, ya que no faltará el que reparte despensas, distintivos, dinero e incluso hay quienes crean grupos de choque para conseguir votos a través del hostigamiento.

Gordoa Palma, mencionó que a mayor marginación de la clase menos desfavorecida y un descontento generalizado en la clase media, así como el interés de los empresarios por seguir manteniendo sus privilegios, el costo de las campañas puede dispararse, demostrando que en un sistema electoral como el de México, los procesos electorales pueden manipularse, “pues se tiene una democracia simulada”.

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