CANCÚN, Q. Roo.- En el marco del Día Mundial del Agua a celebrarse hoy 22 de marzo, organizaciones internacionales y científicos mexicanos lanzan un llamado a gobiernos y empresas para que se tome conciencia sobre el tratamiento de aguas residuales, porque a decir del Consejo Consultivo del Agua, A.C., sólo 47.5% de las aguas residuales colectadas recibe tratamiento y que de ese universo únicamente una pequeña porción cumple las normas de calidad de las descargas.
La propia Organización de las Naciones Unidas (ONU) define que el agua libre de impurezas y accesible para todos es parte esencial del mundo en que queremos vivir. Hay suficiente agua dulce en el planeta para lograr este sueño.
Sin embargo, la escasez de recursos hídricos, la mala calidad del agua y el saneamiento inadecuado influyen negativamente en la seguridad alimentaria, las opciones de medios de subsistencia y las oportunidades de educación para las familias pobres en todo el mundo.
La sequía afecta a algunos de los países más pobres del mundo, recrudece el hambre y la desnutrición. Para 2050, al menos una de cada cuatro personas probablemente viva en un país afectado por escasez crónica y reiterada de agua dulce.
Para la ONU, “más del 80% de las aguas residuales resultantes de las actividades humanas se vierte en ríos o el mar sin que se eliminen los contaminantes”, de ahí la urgencia de poder contar con la tecnología necesaria para revertir el 
problema, que de seguir en aumento ocasionará crisis en todo el mundo.
ESTUDIOS EN QUINTANA ROO
Con más de 13 años de trabajo, la Unidad de Ciencias del Agua (UCIA) del Centro de Investigación Científica de Yucatán A.C se consolida en la generación de conocimiento a través de un enfoque multidisciplinario que abarca: ciencias de la tierra –hidrología- y ciencias de la vida (ecología y dinámica de los ecosistemas acuáticos) y que integra la parte social en el área de calidad y uso sostenible del agua, y su relación e impacto con la salud humana.
Rosa María Leal-Bautista, directora de esta unidad de investigación ubicada en Cancún, señaló que el trabajo de investigación ha generado conocimiento básico que permite definir metodologías para la protección del sistema subterráneo, que en gran medida sirven como guía para los tomadores de decisiones, grupos sociales y definir estrategias de control.
Leal-Bautista detalló que trabajan áreas como: el sistema hidrológico subterráneo, cómo se comporta, cómo podemos contar con las situaciones que lo afectan como la extracción, cambio climático, intrusión salina, migración de contaminantes; además de su relación con el ecosistema, el impacto que se da en ellos, las afectaciones ecotoxicológicas, y llevarlo a su relación en la salud pública como manejo de calidad y uso sustentable del recurso hídrico.
PRESENTAN SISTEMA 50% MÁS EFECTIVO
De acuerdo con el Inventario Nacional de Plantas Municipales de Potabilización y de Tratamiento de Aguas Residuales en Operación, elaborado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), al cierre de 2014 México sumaba 779 plantas potabilizadoras en operación, cuya capacidad instalada ascendía a 138 mil 45.29 litros por segundo (l/s).
En ese contexto, Juan Manuel Méndez Contreras, profesor investigador de la maestría en ciencias en ingeniería química del Instituto Tecnológico de Orizaba (ITO), realiza un proyecto de investigación para aprovechar las aguas y lodos residuales, así como los residuos sólidos orgánicos producidos en plantas de tratamiento y en la agroindustria para generar energía y biofertilizantes con secuestro de dióxido de carbono (CO2).
En entrevista exclusiva con la Agencia Informativa Conacyt, el investigador explicó que el objetivo principal del proyecto es concretar un desarrollo tecnológico que mejore los procesos convencionales de tratamiento y, a su vez, que reduzca los costos de operación.
Se trata del proyecto denominado “Manejo integral de aguas, lodos residuales y residuos sólidos mediante la digestión anaerobia mejorada y captura de CO2”.
“Ante ello, en el ITO hemos desarrollado una nueva tecnología de digestión anaerobia térmica, la cual es capaz de reducir o prácticamente eliminar la carga contaminante en términos de microorganismos patógenos y compuestos orgánicos. A su vez, la tecnología convierte los residuos orgánicos, la basura orgánica, en biofertilizantes y en bioenergía”, indicó.
Detalló que en la primera etapa, la de digestión anaerobia, el resultado más relevante y que es innovador es la reducción de hasta 50% en el tiempo de tratamiento.
La segunda ventaja sobre otras tecnologías ya existentes tiene lugar en el rendimiento energético, mismo que se incrementa hasta 51%.
“Ya en la última parte, en la relacionada con los fotobiorreactores, hemos logrado fijar 95% del CO2 producido en una digestión anaerobia en reactores de alta eficiencia, es decir, estamos eliminando casi en su totalidad emisiones de gases de efecto invernadero”, señaló Méndez Contreras. (Martín G. Iglesias / QUINTANA ROO HOY)
