Internacional.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el viernes 7 de febrero que la próxima semana firmará una orden ejecutiva para revertir la iniciativa impulsada por el gobierno de Joe Biden, que buscaba eliminar los popotes de plástico en las dependencias federales hacia el 2027. Trump, en un mensaje publicado en su red social Truth Social, expresó su rechazo a las pajitas de papel, calificándolas de “inservibles” y afirmando: “¡Volver al plástico!”
La medida de la administración Biden y sus implicaciones ambientales
La iniciativa que Trump planea revocar fue parte de un esfuerzo más amplio de la administración Biden para reducir la huella de los plásticos de un solo uso, incluyendo la prohibición de su uso en los edificios federales. Esta estrategia, contenida en un informe de 83 páginas, fue defendida por altos funcionarios como Brenda Mallory, expresidenta del Consejo sobre Calidad Ambiental, y Ali Zaidi, asesor de clima de la Casa Blanca. Según el informe, la medida buscaba mitigar la contaminación petroquímica, una de las principales causas del cambio climático.
El gobierno federal, considerado el mayor comprador de bienes de consumo a nivel global, comenzó a reducir el uso de plásticos de un solo uso en 2022, un movimiento que se alineó con las acciones de varios negocios que optaron por reemplazar los popotes de plástico por los de papel, en un intento de reducir el impacto ambiental.
Trump pone en duda las restricciones sobre plásticos
La orden ejecutiva de Trump no se limita solo a los popotes, sino que podría abrir la puerta a la reversión de otras restricciones sobre plásticos de un solo uso. Aunque aún no se han dado detalles específicos, se especula que la medida podría restaurar las compras de plásticos —como cubiertos, botellas y bolsas— en dependencias públicas, justificando que las restricciones excesivas a la industria plástica podrían ser perjudiciales para la economía.
El debate entre sostenibilidad y regulaciones
Los defensores del plan de Biden subrayan que los plásticos de un solo uso representan una amenaza significativa para el medio ambiente y la salud pública, pues más del 90% del plástico se produce a partir de combustibles fósiles. Además, el desecho o la quema de estos materiales libera gases de efecto invernadero, contribuyendo al cambio climático.
Por su parte, grupos ecologistas apoyaban la propuesta original de Biden, ya que la eliminación progresiva del plástico en las dependencias federales podría haber enviado una señal decisiva al sector privado. Algunos estados, particularmente los de tendencia demócrata, ya han implementado restricciones sobre plásticos de un solo uso, en un esfuerzo por aliviar la carga ambiental de estos productos.
