Daniela Balbuena / Grupo Cantón.
Tras la segunda fumata negra, la elección del nuevo Papa se complica, poniendo ansiosos a los fieles.
Ciudad del Vaticano.- El cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco continúa sin resultados definitivos. La primera votación, celebrada ayer, concluyó con una fumata negra, indicando que ningún cardenal alcanzó los 89 votos necesarios de entre los 133 electores, el mayor número en la historia de este proceso. Este resultado era esperado, ya que ningún pontífice ha sido elegido en la primera ronda.
La Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, promulgada por Juan Pablo II en 1996, establece que, tras tres días completos de votaciones infructuosas, los cardenales deben interrumpir el proceso por un día entero, dedicándose exclusivamente a la oración y al diálogo. Este mecanismo busca evitar bloqueos prolongados y fomentar la reflexión entre los electores.
Actualmente, el cónclave cuenta con 133 cardenales electores, provenientes de 71 países, lo que representa la asamblea más diversa y numerosa en la historia de estas elecciones. Esta diversidad ha generado una fragmentación de apoyos, sin que ningún candidato haya logrado consolidarse como favorito, lo que podría prolongar aún más el proceso.
Si tras múltiples rondas de votación no se alcanza el consenso necesario, el cónclave puede entrar en un ciclo sin límite de duración, alternando entre votaciones y pausas, hasta que emerja un candidato con los votos requeridos.
Este proceso, aunque riguroso, está diseñado para garantizar que la elección del nuevo Papa sea fruto de una profunda reflexión y consenso entre los cardenales, asegurando la continuidad y unidad de la Iglesia Católica.