Redacción / Grupo Cantón
El Papa Francisco eligió ser sepultado fuera del Vaticano, en Santa María la Mayor, rompiendo una tradición papal de más de un siglo.
Vaticano.- El Papa Francisco marcó historia con cada paso, y su decisión final no fue la excepción. Tras su fallecimiento el 21 de abril a los 88 años, eligió como su lugar de descanso eterno la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, en lugar de las tradicionales grutas vaticanas bajo San Pedro. Se trata de una ruptura significativa, ya que ningún Papa había sido enterrado fuera del Vaticano desde León XIII, en 1903.
La devoción mariana que guio su elección
Francisco tenía un lazo especial con esta basílica mariana. En su testamento expresó el deseo de que su “último viaje terrenal” terminara allí, donde siempre rezó antes y después de cada viaje apostólico. En total, visitó Santa María la Mayor más de 115 veces durante su pontificado. Incluso después de recibir el alta médica en marzo pasado, acudió a agradecer frente a la imagen de la Virgen Salus Populi Romani.
Un sepulcro sencillo, como su vida
El sitio elegido por Francisco es un pequeño recinto detrás de la escultura de la Reina de la Paz. Él mismo lo señaló como su lugar ideal, un espacio que antes se usaba para guardar candelabros. Su tumba fue preparada según sus deseos: en la tierra, sin decoraciones, con la sencilla inscripción “Franciscus”. Su elección refleja su estilo de vida austero y su voluntad de permanecer cerca del pueblo, incluso en la muerte.
Un nuevo capítulo en la historia de Santa María la Mayor
Francisco se une a una selecta lista de papas enterrados en esta basílica, como San Pío V, Clemente IX y Sixto V. El templo también guarda los restos de figuras como Gian Lorenzo Bernini y Paulina Bonaparte. Fundada en el siglo IV, Santa María la Mayor es un santuario cargado de simbolismo, historia y arte, que ahora suma un nuevo capítulo con la presencia del Papa que vino “del fin del mundo”.
