Sin embargo, para producirlo Cuba primero tiene que sortear varios obstáculos, entre ellos la ausencia de “la máquina de calentamiento que fusiona los dos principios activos” del antiviral. “El país hoy no cuenta con ese equipo”, aseguró Izquierdo.
La solución precisa “adaptaciones en la tecnología cubana” que permitan a la prestigiosa industria biofarmacéutica isleña producir un medicamento con las “mismas especificaciones de calidad que el producto líder”, fabricado por la estadounidense AbbVie Inc.
Kaletra es el nombre comercial del antiviral compuesto por una combinación de lopinavir y ritonavir, usados con éxito en el tratamiento del VIH-Sida. Entre sus efectos adversos están las molestias digestivas y las diarreas.
Aunque todavía no se ha probado científicamente que algún fármaco de los existentes cure o evite el contagio de la COVID-19, Kaletra es uno de los más utilizados para tratar la enfermedad.
Cuba también lo incluye en su protocolo contra el nuevo coronavirus, que ya acumula 1.337 positivos y 51 muertes desde el comienzo de la epidemia en el país.
El antiviral cubano Interferón Alfa 2B fue uno de los medicamentos usados por China en el comienzo de la pandemia, lo que motivó al menos a unas 15 naciones de América Latina, Europa, África y Asia a pedir información o suministro del fármaco.
Sin ofrecer cifras concretas, el grupo estatal de medicamentos BioCubaFarma aseguró que tenían suficientes existencias del antirretroviral para cubrir la demanda dentro y fuera del país.
A pesar del desabastecimiento crónico que sufre Cuba, atribuido en parte al embargo de EE.UU. y que afecta también a su industria farmacéutica, los directivos de BioCubaFarma insistieron en que están garantizados los 22 medicamentos que se considera podrían ayudar a tratar el coronavirus de una u otra forma.