Agencias
CIUDAD DE MÉXICO.
Los chinos son, según algunos tópicos, trabajadores, discretos, simpáticos y serviciales.
Su apego a determinadas filosofías (orientales, claro) denota cierto grado de espiritualidad; lo que no sabíamos hasta ahora es que los chinos son, además, las personas más felices del planeta.
Una reciente encuesta realizada por la compañía de investigación de datos YouGov: un 41% de la población china piensa que el mundo va a mejor. El porcentaje es llamativo por ser el más alto de entre las 17 nacionalidades consultadas, a mucha distancia del resto.
Solo un 23% de los indonesios, en segundo lugar, y el 16% de los habitantes de Arabia Saudí, terceros, están de acuerdo con esa afirmación. El país europeo más optimista, según el mismo estudio, sería Suecia, y solo el 10% de sus ciudadanos contempla el futuro con una sonrisa.
Los chinos son más felices por dos razones. Una, porque lo llevan de serie. “En su ámbito familiar o local la gente tiene unos valores que invitan al optimismo”, indica el profesor Manel Ollé, coordinador del Máster en Estudios Chinos de la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona) y autor de varios libros sobre la sociedad mandarina. En segundo lugar, porque su país va a mejor. “Desde 1979, y aunque persisten las desigualdades, ha ascendido el nivel de vida para mucha gente”, explica.