Redacción / Grupo Cantón
El precio de la carne de res en EEUU sube 50% en cinco años por sequía, insumos caros y barreras comerciales; consumidores y ganaderos ya sienten el impacto.
Mundo.- Abril de 2025 marcó un hito para los consumidores estadounidenses: el precio promedio del kilo de carne molida llegó a USD 12,79, el nivel más alto registrado hasta ahora, según datos del Buró de Estadísticas Laborales (BLS). En algunos estados como Texas o Carolina del Norte, los precios incluso superaron los USD 19 por kilo.
Este incremento cercano al 50% en cinco años refleja una combinación de factores críticos que afectan toda la cadena de suministro. Entre ellos, destaca una prolongada sequía en regiones clave como Texas y Nuevo México, que ha obligado a reducir significativamente el hato ganadero nacional. Según el Departamento de Agricultura de EEUU (USDA), la cantidad de cabezas de ganado cayó a niveles no vistos desde hace más de 70 años.
“Ya no es viable mantener animales que no producen crías cada año”, declaró Kim Radaker Bays, propietaria del rancho Twin Canyons, al explicar la drástica reducción de rebaños.
A esto se suma el aumento en los precios de granos como el maíz y la soya, utilizados como alimento para el ganado, lo que encarece aún más la producción.
El escenario se agrava con las restricciones a la importación de carne impuestas por el gobierno de Donald Trump. Aranceles del 34% sobre productos brasileños y la suspensión del ganado mexicano por razones sanitarias han limitado el ingreso de carne extranjera, presionando aún más la oferta doméstica.
Ganaderos como Stephen Kirkland, propietario de Z Bar Cattle Company, aseguran que los costos para criar un novillo se dispararon de USD 1.500 en 2024 a USD 2.400 en 2025.
“Si queremos seguir operando, tenemos que subir los precios”, afirmó, al describir márgenes cada vez más insostenibles para el sector.
Del lado del consumidor, el impacto es inmediato. DeAndrea Chavis, residente de Carolina del Norte, relató a Reuters que ahora reduce porciones o sustituye cortes premium por opciones más baratas. Esta tendencia se generaliza en un país donde el consumo de carne batió récords en 2024, con ventas por más de USD 104.600 millones.
Sin embargo, los analistas advierten que la situación actual podría marcar un cambio en ese patrón. La combinación de altos precios, incertidumbre política y clima adverso pone en duda la viabilidad de sostener la producción y el consumo de carne en sus niveles actuales.
“La cadena está estresada desde todos sus eslabones”, señaló Bernt Nelson, economista de la American Farm Bureau Federation. Y sin una solución integral, el alza en los precios de la carne podría convertirse en la nueva normalidad.
