ENRIQUE SÁNCHEZ MÁRQUEZ
GRUPO CANTÓN
Figura destacada, políticamente impura, alejada de las garras de la ambición, premura y angustia por estar, Rosa Icela Rodríguez construye sus días de gobierno junto al Presidente Andrés Manuel López Obrador, en medio de un gran significado de vida.
Es una mujer agradecida, convencida que el esfuerzo, dedicación, lealtad y decisión de cumplir a toda costa con las tareas, son las mejo res herramientas para seguir adelante.
Poseedora de una fidelidad sin par al Presidente, ella, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, (SSPC) casi en un juego de palabras encierra su futuro y destino político.
Yo no soy yo, no me mando sola y voy donde me or- dena el Presidente. Eso si, agrega, siempre lo hago con la convicción plena de que puedo y doy los mejores resultados.
Durante una charla amena, sin protocolo, ni formalidades se dio el encuentro de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, SSPC con el director de Grupo Cantón, Miguel Cantón donde se estableció una corriente de afinidad y confianza recíproca.
Ahí en el interior de su amplia oficina la funciona- ria planteó sin cortapisas, una de sus grandes satisfacciones:
Es un dulce placer y sueño cumplido trabajar con AMLO.
Y así lo seguiré haciendo, con gusto, con amor y mucha dedicación, planteó Rosa Icela.
En esta siembra diaria de resultados, se coloca ajena a discusiones estériles de si conviene o no conviene apuntarse con alguna co- rriente. Eso, dice, no es para mi.
Yo no me muevo a través de grupos, menos de intereses y mucho menos con ambiciones oscuras o de grupos que operan en la ilegalidad.
Yo cumplo las órdenes del Presidente y en esa decisión, no me toma ni un segundo pensar si mi vida puede estar en peligro.
Con una sonrisa tranquila, dice así soy yo.
Y con frecuencia rompe el molde ortodoxo en el que se mueven los políticos, como le ocurrió cuando dijo no, a la posibilidad de contender por la gubernatura de San Luis Potosí.
GRACIAS A LA VIDA
Escuchar a Rosa Icela, ahí en el amplio despacho de Cons- tituyentes, es un gusto que contagia, por la sencillez de sus palabras y lo profundo de su pensamiento.
Mujer sencilla, amable, agradecida con la vida,-como lo canta Mercedes Sosa,“por haberme dado tanto…”-; con el sentido muy puntual de servir, -no formo parte de ningún grupo ni voy en busca de una candidatura- , repite convencida.
Por estos días, envuelta en una mística de trabajo al frente de la Secretaría de Seguri- dad Pública Ciudadana, busca, proyecta, arma y ejecuta estrategias contra el crimen organizado. Y da buenos re- sultados.
De voz suave, tempera- mento tranquilo, con una sonrisa a flor de piel, parecie- ra frágil o fácil de dominar, pero atrás en su actuación pública hay una mujer de de- cisiones, férrea, dura y tajan- te que la convierte en una au- téntica Dama de Hierro.
Estos retos los enfrenta con una tranquilidad pasmo- sa, sin detenerse a pensar que como poderosa primera super policía de México, va en juego su vida; pero no se detiene.
Más bien su preocupación es por la seguridad de sus compañeros y lo prueba.