Juan R. Hernández / Grupo Cantón.
Este género musical distorsiona la imagen de México e impacta en los adolescentes que buscan identidad, reconocimiento y poder.
Ciudad de México.- Los narcocorridos han dejado de ser solo un género musical para convertirse en una poderosa herramienta de reclutamiento cultural del crimen organizado. Así lo advirtió la psicóloga criminal Laura Alor, auxiliar del Tribunal Superior de Justicia, quien señaló que estas canciones glorifican el estilo de vida narco y ofrecen a los jóvenes marginados una falsa promesa de éxito, poder y pertenencia.
Lejos de los relatos de reclutamiento forzado, hoy muchos jóvenes se integran voluntariamente a las filas criminales. “¿Para qué obligarlos si llegan solos?”, expresó un líder del Cártel Jalisco Nueva Generación en un video viral. La música ha resultado más efectiva que la coerción: los capos se convierten en ídolos populares, y las balas, en estrofas coreadas.
En ciudades como Culiacán, el crimen ha tejido una red de “Estado paralelo”. Niños de primaria, convertidos en halcones a cambio de comida, muestran cómo la marginación es aprovechada para el control territorial.
“Con una torta y un refresco los convierten en colaboradores”, señaló Alor quien agregó que la pavimentación de calles, reparto de despensas, zapatos y dinero son parte del esquema de legitimación criminal.
Las mujeres, por su parte, oscilan entre el abandono y el lujo efímero. La figura de la “buchona”, con cirugías pagadas por narcos, representa un ideal glamuroso que rara vez termina bien.
“Cuando caen presas o son dejadas, nadie responde por ellas”, lamenta la especialista.
En este contexto, los narcocorridos ridiculizan a la autoridad.
“Antes los niños querían ser policías, hoy aspiran a ser jefes”, advierte Alor, señalando que la música narco ha contribuido al abandono escolar y al debilitamiento de la cultura cívica.
Prohibición en 10 estados
Diez estados del país han prohibido su interpretación en eventos públicos: Aguascalientes, Michoacán, Baja California, Chihuahua, Guanajuato, Quintana Roo, Nayarit, Jalisco, Querétaro y Estado de México. Las sanciones incluyen multas superiores a 100 mil pesos y hasta un año de cárcel.
Sin embargo, la presidenta Claudia Sheinbaum rechazó implementar una política de censura federal.
“No se trata de prohibir, sino de educar, informar y promover una cultura de paz”.
En lugar de vetos, su administración apostará por fortalecer la educación, la conciencia social y la oferta de contenidos musicales positivos, destacando a artistas como Julieta Venegas, Lila Downs y Natalia Lafourcade como ejemplos de propuestas alejadas de la violencia.
