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2 mayo, 2024

Vivir Bien

¿Sabes poner límites eficaces a tus hijos?

VITALMENTE

Como padres deseamos tener hijos felices, responsables, adaptados, autocontrolados e independientes.

Una de las claves para que nuestro hijo sea capaz de salir adelante por sí mismo, es la interiorización de los límites. Deben crecer con límites para que desarrollen autodisciplina y autocontrol y no solo obediencia.

Los límites son normas que establecen un orden en la conducta de los niños, cuando se establecen correctamente el niño sabe lo que está permitido y lo que no. Los límites proporcionan seguridad para relacionarse con otras personas y ser aceptadas.

Disciplina y autoridad no es igual a castigo y represión. La palabra autoridad se deriva del latín “augere” que significa ayudar a crecer. Y disciplina deriva del latín “discipulus” que significa quien recibe una enseñanza de otro. Por tanto un padre debe ser un guía para su hijo, un acompañante en el proceso de crecimiento.

El poner límites eficaces no incluye el control excesivo ni la permisividad. Los hijos de padres dominantes frecuentemente son niños estresados, inseguros y dependientes. Por el contrario cuando los padres son tolerantes al extremo, las exigencias de los niños son más elevadas.

Tú puedes:

  • Ser objetivo.
    Debes ser específico, no generalizar “pórtate bien”, es mejor centrarte en la conducta “no subas los pies en el sillón”
  • Explicarles el porqué.
    Cuando comprenden el porqué de las cosas los niños se sienten más animados en cumplir las reglas.
  • Llegar a acuerdos en común.
    Los niños están mucho más dispuestos a cumplir reglas que ellos mismos han contribuido a decidir, darle opciones para decidan cómo cumplirlas “apagas la tv o la apago yo”
  • Ser constante.
    El castigar una vez y otra no por la misma conducta desestabiliza a los niños.
  • Anticipar las consecuencias de los actos y sancionar con justicia.
    Entre más inmediata sea la sanción entenderá mejor la relación entre conducta y consecuencia.
  • Evita doble mensajes.
    Definir claramente los límites con tu pareja y/o los cuidadores del niño ayudara a que todos sean congruentes con la disciplina del niño.
  • Mostrarte empático.
    No desacredites sus sentimientos, el hacerle sentir que entiendes como se siente ayudara a tranquilizarlo.
  • Ser constructivo y positivo.
    Por otro lado recuerda que la terapia es una alternativa que está a tu alcance, que te permitirá junto con tus hijos acompañarte en el proceso de ser padres.

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