Aparentemente seguros, los juegos inflables ofrecen una diversión a los niños sin apenas peligros; o eso es lo que parece, pero subirse en ellos tiene sus riesgos y peligros.
Contusiones, magulladuras, cortes, quemaduras por el roce o golpes son los accidentes más habituales, sin embargo, un mal anclaje del castillo o un despiste al dejar al aire los cables eléctricos puede llevar acarreado consecuencias muy graves.
Consejos:
1. Es preferible que sea en un lugar abierto y espacioso, que tenga al menos de 2 a 3.5 metros de amplitud en los laterales para evitar choques con objetos como farolas, columnas o coches.
2. Es importante que el terreno en el que se ponga el castillo sea plano y firme.
3. Debe tener como mínimo seis puntos de anclaje al suelo, planos y que no sobresalgan, o si no es posible, con sacos de arena.
4. Los niños siempre deben estar vigilados por un adulto al menos, que debe controlar el aforo del interior y no dejar pasar a más niños de los necesarios hasta que no salgan los primeros.
6. Los materiales y el estado del hinchable debe ser bueno y no estar deteriorado. Los hinchadores, motores, tubos y cables deben estar alejados de los niños y protegidos ante posibles descargas eléctricas.
7. En los alrededores debe haber colchonetas o espuma, especialmente en el acceso al juego, además debe haber una rampa que cubra toda la anchura del arco de entrada, y la entrada debe estar alejada de árboles, bancos, postes o bordillos.
