CANCÚN, Quintana Roo.- Sentarte a pedir deseos, en esta época del año, en que un ciclo del calendario termina e inicia otro, nos recuerda que pedir deseos implica recordar que las causas de nuestra felicidad o infelicidad están dentro de nosotros, con nuestro consentimiento o sin él.
La única forma de ser ayudado es tener el valor de conocer tu verdad, atreverte a mirar hacia el mundo interior. Cuando pidas, no veas hacia afuera, mira hacia ti mismo.
El interior es el reino de la causa suprema. Por ello la primera regla es hacer de la oración una práctica de sinceridad y sencillez. Así sabremos qué nos impulsa y por qué. Ver honestamente es hacer un examen de conciencia.
La oración entendida adecuadamente despierta el deseo de ayudar a otros como uno mismo ha sido ayudado. Ser honesto exige quitarnos la idea de que nuestra ‘mala conducta’ es deliberada, aliviar el sentido de la culpabilidad permite ver que mucho de lo que sentimos está moldeado no por nuestra propia elección sino por ideales, prejuicios y suposiciones de nuestra familia, amigos, tradiciones, etc.
Al percatarnos de esto, somos libres para nuestra elección. Pedir para uno, despierta el deseo de ayudar a otros como uno mismo ha sido ayudado. Un punto esencial es fijar la atención en que el Universo es amor, que está dentro de nosotros, en nuestra mente y nuestra conciencia como una realidad viva. Que el amor permite cambiar una manera de ver las cosas y renacer. Ello puede lograrse permitiéndonos la experiencia del amor universal.
Amarás con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todas tus fuerzas; y, amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Esto último se logra de varias maneras: siendo bondadosos con nosotros, perdonándonos para luego perdonar a otros; por apreciar y tener gratitud del amor que recibimos siendo responsables de su expansión e inspirando a otros.
Una buena práctica para despedir este año agradeciendo es darte un tiempo para contemplar un amanecer o un atardecer y eliminar todo tu sentido de culpabilidad y amarte tal como eres, sintiendo esa ola expansiva del amor incondicional que te abre nuevas puertas y nuevos caminos.
Respira, cierra los ojos y amate con toda intensidad. Esa es la clave para atraer prosperidad.
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