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1 mayo, 2024

Mascotas

¡Yo quiero ser veterinario!

Sin duda, la Medicina Veterinaria es una ciencia maravillosa y carismática. He escuchado, literalmente, miles de veces la frase “yo quería ser veterinario”. Pero hoy quiero dedicarles estas líneas a aquellos niños y jóvenes que lo están considerando como una opción de carrera.
Siempre les pregunto la razón de esa decisión tan importante y que marcará un rumbo en sus vidas. La gran mayoría me responde “me gustan los animales” o “amo a los animales”. Claro que esa es una parte fundamental de esta increíble vocación. Pero, seamos realistas, los animales no se curan con solo amor y caricias. Si realmente quieres ser un BUEN VETERINARIO, lo más importante es que te guste estudiar. Así de fácil.
Los veterinarios pasamos una gran parte de la vida leyendo y estudiando. Somos científicos, así que tenemos una curiosidad natural. Pero debemos satisfacer ese instinto leyendo al año miles de libros y artículos científicos, la mayoría en otro idioma, que muy rara vez se encuentran en las redes sociales.
También necesitamos entrenarnos exhaustivamente en lo que sea que hagamos dentro de la muy amplia gama de posibilidades. Muchas horas de práctica, primero observando y aprendiendo del mejor, para luego empezar nosotros a hacer los procedimientos.
Pero además de estudiar y practicar muchísimas horas en nuestra especialidad, debemos almacenar una gran cantidad de información indispensable, pues tenemos una enorme responsabilidad con nuestros congéneres humanos.
Así es, los médicos veterinarios, protegemos la salud humana. Conocemos las enfermedades zoonóticas, que pueden afectar a los animales y al ser humano. Sabemos qué enfermedades transmiten los mosquitos, las pulgas, las garrapatas o las chinches. También de aquellas que pueden estar presentes en los alimentos que consumimos, tanto de origen animal como vegetal y cómo se contaminan. Descubrimos enfermedades nuevas, como se transmiten, cómo se previenen y su tratamiento, cuando existe.
Desarrollamos vacunas y medicamentos, que probablemente se usen después en las personas. Inventamos técnicas de diagnóstico y de cirugía.
Ayudamos a alimentar a la creciente población humana, al participar en la producción de alimentos. Cuidamos de las vacas, de los cerdos, de los pollos, de las gallinas y de cualquier otra especie que sirva para abatir el hambre mundial. Pero también en la producción de vegetales y granos, tanto para consumo animal como humano.
Revisamos lo que compras en el supermercado, para asegurar que no te den gato por liebre y que lo que comes no te haga daño.
Procuramos el bienestar de TODOS los seres vivos bajo cuidado humano, al desarrollar pautas que después se convierten en leyes, para proteger la biodiversidad del planeta. Armamos proyectos de conservación de las especies amenazadas, tanto en vida libre como en los zoológicos. Investigamos por qué se varan las ballenas. Hacemos recomendaciones a los gobiernos, educamos a la población en temas diversos como la ecología y la salud. Y claro, también cuidamos la salud de tu mejor amigo.
Si todos estos temas te parecen fascinantes, la medicina veterinaria es para ti. Si solo te gustan los animales, tal vez esta opción no es para ti.

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