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6 mayo, 2024

Mascotas

¿Por qué duele tanto perder a un perro?

Una de cada tres personas sufre pena y congoja por el fallecimiento de su mascota al menos durante seis meses o más tiempo tras su pérdida

dog

Redacción
QUINTANA ROO HOY

El trastorno emocional que puede causar la muerte del perro es, en ocasiones, tan relevante como el que se siente al perder a un familiar cercano. Una de cada tres personas reconoce haber experimentado sentimiento de dolor y congoja durante al menos los seis meses siguientes al fallecimiento de su mascota. Y en ocasiones el sufrimiento se prolonga aún más. Algunos sencillos consejos ayudan a encarar con mayor serenidad el momento de la despedida definitiva de nuestro amigo, una etapa inevitable en la relación con el perro. 

El impacto psicológico que causa la muerte del perro puede ser tan relevante como el que se siente cuando se pierde a un familiar cercano, según las conclusiones de un estudio realizado por el departamento de Psicología del la Universidad de Nuevo México, en Estados Unidos, y publicado en la revista científica Perspectives in Psychiatric Care.

No solo no es extraño sufrir cuando la mascota fallece, sino que es lo habitual. Más del 85% de los dueños de canes admiten haber padecido dolor tras la muerte de su perro, según una investigación realizada por la prestigiosa revista neoyorquina Family Process, una publicación dirigida por científicos, y especializada en el estudio de la familia.

“Para algunos dueños de perros, el fallecimiento de éste puede provocar un pesar tan profundo como el que produce la muerte de un miembro de su familia”, escribe la publicación acerca del sentimiento relacionado con la defunción de las mascotas.

La muerte del perro: un dolor duradero

Por su parte, los investigadores del departamento de Ciencias Animales de la Universidad de Hawai han llegado a la conclusión de que el dolor que produce la muerte de la mascota no solo puede ser intenso, sino que en ocasiones es, además, muy duradero. Una de cada tres personas reconoce haberse sentido apenada por la pérdida de su perro durante al menos seis meses después del fallecimiento.

La experiencia impactante que provoca en la mayoría de las personas el fallecimiento de su mascota se intensifica en ciertos dueños, traduciéndose incluso en un sentimiento de trauma. Al menos uno de cada diez entrevistados revela haber experimentado el fallecimiento de su mascota como un evento “severamente traumático”, según las averiguaciones realizadas por esta universidad.

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Guía para encarar sereno la muerte del perro

Darse la oportunidad de estar triste, y de manifestarlo con su familia y amigos de confianza, es esencial para encarar la muerte del perro del modo más saludable posible. No es sencillo, pero es esencial darse a uno mismo la oportunidad de sentirse apenado e incluso llorar si lo necesita.

La amargura, sin embargo, no debe ser el único sentimiento que exprese el recuerdo de su mascota. Igual de necesario que manifestar la tristeza es tener la posibilidad de evocar los buenos momentos compartidos con su perro, seguro que numerosos.

A continuación proponemos algunos consejos sencillos que pueden ayudar a la familia a afrontar de la forma más positiva posible la pérdida del perro.

Paso primero: llore

Las lágrimas expresan el dolor que se siente y le ayudarán a liberar, si lo necesita, la angustia interior que pueda sentir. Es normal que eche de menos a su mascota. Admitir el sufrimiento que pueda estar experimentando es un paso esencial para afrontar la pérdida de su amigo.

Paso dos: no se culpe por la muerte del perro

No es extraño que los dueños que experimentan una pérdida traumática de su mascota, a causa de un accidente o enfermedad, puedan sentirse en parte culpables por creer que no han hecho todo lo que podían por su perro. La sensación de culpabilidad crece cuando el dueño considera que la muerte de su mascota se debe a un descuido suyo (como un atropello, que la mascota se extravíe, o por una equivocación a la hora de cuidar de su animal enfermo, por ejemplo).

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Paso tres: la pena da paso a los buenos recuerdos

Que afloren estos sentimientos de culpa es normal, puesto que ha cuidado de su mascota durante muchos momentos.

(FUENTE: Consumer)

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