La luz, el sol, el buen tiempo nos cargan de energía y de buen humor. Nada como abrir una ventana y lanzarnos a disfrutar del largo letargo invernal y, para ello, nada mejor que rodearnos de flores, los brotes verdaderos de aromas y de vida.
Arreglar el jardín, las terrazas, los balcones e incluso los sencillos y, a veces, estrechos salientes de las ventanas es un ejercicio para el que tan solo se necesitan unos conocimientos muy básicos, con los que llenar el espacio de vida vegetal.
Tips:
1. Descubre las esquinas. El recibidor, los pasillos, la cocina o incluso el baño son zonas del hogar rutinarias y funcionales que tendemos a olvidar y, precisamente por ello, son las primeras en las que debemos fijarnos para sacarles el mayor partido.
2. Plantas. Barato y fácil de encontrar, el bambú crece de manera natural en espacios de escasa luminosidad. Los lirios también se adaptan a la escasez de luz.
3. Revestimientos. Si hay poco espacio, los jardines verticales e incluso los minihuertos en la cocina en los que crecen especias, son dos opciones fantásticas.
