Para ser conscientes de nuestros pensamientos es importante primero poner atención a ellos, conocerlos, sentirlos, entenderlos. Comenzarás así a darte cuenta de que puedes cambiar aquellos que te hacen daño y que te producen dolor.
Recuerda que eres tú el que sufre cuando cree que venimos a este mundo a soportar malos tratos o a tolerar que se te lastime física o emocionalmente, hay personas que suponen que se debe aguantar todo para mantener unida a la familia.
Eres tú quien se aflige cuando sientes pánico de vivir sin la persona que te sostiene anímica o económicamente, o porque tienes miedo de enfrentarte solo a la vida si te abandonan porque has sido condicionado a anteponer tu bienestar al de los demás.
Eres tú el que sufre cuando piensas que no eres capaz de salir adelante por tu cuenta, cuando crees que no puedes dejar en el pasado los recuerdos para vencer el daño que recibiste física o emocionalmente, o porque te has convencido de que no podrás superar la felicidad que viviste en el pasado como si fuera el único momento en que podías haber sido feliz.
Además de cambiar tú, puedes educar hijos sanos, felices y amorosos, al mismo tiempo contribuir a edificar un mejor planeta.
Eres tú quien construye tu presente y puede visualizar un futuro lleno de prosperidad, armonía, salud, alegría y felicidad.
¡Atrévete, tú todo lo puedes!
