Es común que cuando se acerca el fin de año sintamos nostalgia por el año que termina y hagamos un análisis de lo que hemos logrado durante el año y de lo que quedó inconcluso. Tenemos la necesidad de cerrar un ciclo y por otro lado esperamos llenos de expectativas embarcarnos a uno nuevo.
El 31 de diciembre nos despedimos del año y surgen los propósitos para el año nuevo, sin embargo, si solo te dejas llevar por la emoción del momento y no te das el tiempo para planear, programar y proyectar tus propósitos se pueden convertir en solo algo idealista y no trascender.
Según un estudio realizado por el psicólogo británico Richard Wiseman con una muestra de tres mil personas, solo el 12 por ciento consiguieron sus propósitos de año nuevo.
El hecho que estos propósitos se queden en el intento y que muchas veces se repitan año tras año, terminan repercutiendo en la autoestima, gestando sentimientos de cul- pa, poca fuerza de voluntad y frustración, bloqueando la meta.
Las siguientes claves pueden ayudarte a conseguirlos:
1. Reflexiona. Si deseas realizar un propósito que ya has intentado antes y no funcionó, has un análisis de lo que te impidió cumplirlo y cambia de estrategia.
2. Plantea un propósito realista. Es decir que sea alcanzable, específico y medible. Es muy importante que te plantees que posibilidades tienes para alcanzarlo y lo proyectes en metas concretas.
3. Pide ayuda. Comparte tus propósitos con amigos y familiares, acude a un especialista, por ejemplo en el caso de querer adelgazar o dejar de fumar.
4. Haz un plan de acción. Una vez que tienes definidas tus pequeñas metas, plantea cómo y cuándo las llevaras a cabo, lleva un diario, utiliza notas o gráficas que te permitan mantener un seguimiento.
5. No hagas una lista larga de propósitos. Enfócate en pocas cosas, es más fácil cumplir una situación que diez a la vez.
6. Disfruta el proceso. Para que tus pequeños objetivos te mantengan motivado empieza gradualmente, por ejemplo, si te planteaste hacer ejercicio, no quieras hacer dos horas diarias, porque terminarás desertando. La paciencia y constancia serán tus aliados, si pretendes llegar de un día para otro solo conseguirás frustración. Recuerda que los cambios no se logran de la noche a la mañana.
7. Monitorea. Es importante parar y analizar tus pequeños triunfos o si te has estancado replantear y retomarlos.
No te castigues, ni desertes, si das un paso atrás vuelves a los malos hábitos, considéralo como un obstáculo previsible y sigue adelante.
