Agencias
CIUDAD DE MÉXICO
Las personas que viven mucho tiempo juntas terminan pareciéndose físicamente una a la otra, según ha comprobado un estudio de la revista Nature Immunology.
Los factores ambientales, la dieta, estilo de vida y todas las infecciones que sufre una persona alteran la cantidad de células inmunes que residen en el cuerpo, haciendo del sistema inmune un retrato único. Pero la cosa cambia al compartir casa, vida y lecho con otra persona.
En el estudio, investigadores de la Universidad Católica de Lovaina La Vieja, en Bélgica, examinaron el sistema inmunológico de 700 personas a partir de muestras de sangre. Luego los estudiaron a lo largo de seis meses.
Cuando se pusieron a analizar los resultados, dos aspectos llamaron su atención. Por un lado, el estudio no encontró diferencias significativas entre los sistemas inmunológicos de hombres y mujeres de la misma edad. Por otro, el sistema inmunológico de las 70 parejas casadas que participaron en el experimento mostró un 50% menos de variación que el sistema de personas escogidas al azar.
Con el paso del tiempo, los sistemas inmunológicos de la mayor parte de las parejas que viven juntas tienden a convertirse en “sistemas mellizos”, explican los autores del estudio.
Vivir con alguien supone introducir cambios en los ritmos de sueño, dieta o hábitos relacionados con el descanso, para coverger con el otro. Luego, compartir aire y saliva condena una obvia exposición a enfermedades infecciosas. Todos estos factores hacen que el sistema inmunológico sea más parecido. Con información de Play Ground.
