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19 abril, 2024

Cultura

Grafiti sin fronteras

Las ciudades de todo el mundo apuestan por esta expresión artística considerada arte urbano que no tiene límites

Hubo una época, los años setenta del pasado siglo; y un lugar, Nueva York, en que la ciudad se convirtió en un lienzo en blanco para una generación reprimida y descontenta con su entorno social.

La manera de expresarse fue mediante firmas con sprays por toda la urbe, y cualquier lugar les valía, desde autobuses, fachadas o las estaciones del metro de Manhattan.

El pionero en hacerlo fue un joven griego llamado Demetrius, cuyo apodo era “Taki” 183 y, a aquellas manifestaciones rebeldes que eran únicamente firmas elaboradas, se les llamó graffitis.

Las pinturas pasaron a convertirse en murales con grandes dibujos y un marcado afán de denuncia urbana; y con el mismo carácter reivindicativo, surge el hip hop y, ambos, emergen de manera destacada a nivel mundial en los años ochenta.

En cada mural que invade las calles del Bronx neoyorquino, hay una historia de dolor y sufrimiento; dibujos, en su mayoría, en honor a víctimas de la violencia de las bandas callejeras; una dura realidad plasmada en pinturas que deja constancia de la decadencia y peligrosidad del distrito.

Manomatic es el español Adrián Pérez, diseñador gráfico y, como se define a sí mismo, escritor de graffitis. Sus imágenes de retratos hiperrealistas son su seña de identidad y le hacen destacar entre los mejores artistas urbanos internacionales.

Lo que al principio pensaba su familia que era una afición que le ocasionaría problemas, se acabó convirtiendo en un modo de trabajo con el que recorre medio mundo.

Para él “el graffiti como tal, ilegal o alegal, nunca ha acabado de entenderse en la sociedad por su condición altruista, crítica o de llamada de atención. Si nos referimos al arte urbano, graffiti y otras corrientes plástico-artísticas, se han aceptado por su intencionalidad comercial y artística. Hoy en día el arte urbano no tiene fronteras, no hay ninguna ciudad que no desee tener buenas obras de arte en sus calles”.

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Otro nombre de referencia es el de la formación Boa Mistura. Sus trabajos invaden su Madrid natal pero también ciudades desde Brasil, Noruega o Sudáfrica, hasta Panamá; destacando entre sus proyectos los versos que escribían en las aceras de la capital española.(Agencias/Quintana Roo Hoy)

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