Escuche mientras lee “Who Wants to Live Forever”, de la fundamental reflexión de Brian May, Queen. Carlos Omar, nuestra tragedia, el arrullo en tu cuna, el inevitable adiós, el tiempo y las circunstancias. Hijos, padres; el Universo es basto, la mentalidad humana tan reducida…
El tema de la portada de Hoy, es un trabajo de investigación que inicia con datos fundamentales: ¿cuántos Tiraderos a Cielo Abierto, también llamados ‘basureros clandestinos’ hay en Cancún? También comenzamos con una población en particular, aunque el tema del manejo de los residuos es una auténtica tragedia en todo Quintana Roo.
Yo agregaría una pregunta más: ¿cuántos rellenos sanitarios existen en Cancún?; ya lo hemos dicho; desde la perspectiva de la NOM-083-SEMARNAT-2003, NINGUNO. Entonces, para la numeralia oficial diremos, en Cancún se calcula que existen 501 Tiraderos a Cielo Abierto, uno de los cuales opera como receptor oficial de todo tipo de residuos: peligrosos, radiactivos, de manejo especial, biológico infecciosos y claro, residuos sólidos urbanos. Aunque, habría que decir, 502, pues serpa necesario sumar el muladar ese donde encierran los camiones recolectores y albergan las oficinas del chiste de humor negro denominado “Intelligencia México S. A.”
Lo preocupante es que, en las declaraciones mediáticas, tenemos a un funcionario público, José Luis Castro Garibay, director de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Benito Juárez en el siguiente tenor: -lamentó que las personas agarren estos sitios como tiraderos, pese a que en algunos lugares se han colocado letreros e incluso las posibles sanciones a las que se pueden hacer acreedores quien sea sorprendido en el acto.-
Pues sí señor servidor público, lo interesante aquí es que; en una ciudad con la importancia de Cancún, resulta que “los usos y costumbres” –entiéndase que es ironía pura-, nos indican que en el momento que consideremos, debemos sacar la basura a la calle; en el mejor de los casos, colgarla de postes o artilugios que nos permita alejarla de la fauna mal denominada “nociva”, que en realidad son sorprendentes insectos y animales provistos de organismos capaces de descomponer los residuos, se llaman “descomponedores”.
Pero eso no es todo; resulta que el servicio de recoja es tan patéticamente deficiente, que hay colonias que se quedan semanas sin servicio; que sus recolectores dejan más del 25 por ciento de los desechos que trasladan al camión y que estas ‘cafeteras’ dejan una enorme ‘estela’ de lixiviados.
Hay que insistir hasta el hartazgo si es necesario. Existe un instrumento denominado “Plan Municipal para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos”, el cual es de observancia OBLIGATORIA para los más de 2 mil 458 municipios del país, a través del cual podemos comenzar por poner orden y en observancia obligatoria toda la legislación y normatividad relativa a la prevención y gestión integral de los residuos.
Desde luego, a través de éste, habrá que considerar campañas de información, capacitación y concienciación sobre la disposición irregular de los residuos; más aún, con la capacitación, podremos pedir al usuario que separe en sus propios hogares los residuos y los entregue así, pero el concesionario -¡uno serio por Dios!-, tendrá que disponer de vehículos que reciban los residuos separados, especializados para hacer el trabajo y personal capacitado para servir, no para exigir el dinero que a su vez, el ‘Chelo’ les exige para moverlos de rutas, como cuando lo hizo en la entonces Dirección de Seguridad Pública en la administración del “Chacho” García Zalvidea.
Las verdades a medias son puras y absolutas mentiras señores servidores públicos; no podemos, ni debemos, por ningún motivo pretender que es la ciudadanía la responsable de la apabullante irresponsabilidad de un par de concesionarios con quienes insistimos en hacer negocios muy poco claros. Proyectar y trabajar en nuestro propio Pmpegirsu es el primero y más importante paso para la regularización de la prevención y GESTIÓN INTEGRAL de los Residuos Sólidos Urbanos; una tarea que el propio documento descriptivo nos señala: “no es un trabajo que se deba echar a cuestas la administración municipal solamente; hacerlo condiciona al fracaso; debe haber una convocatoria la más amplia posible”; una en la que nos involucremos todos, pero, como lo he señalado ya muchas veces, debemos deshacernos de los negocios corruptos que nos heredaron otras administraciones, basta de tanta impunidad.
Ciao.
