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noviembre 25, 2024

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Retos en la Preparación de Jóvenes y Adultos para el siglo XXI

Los debates mantenidos sobre la contribución de las universidades, al desarrollo social y territorial, ponen de manifiesto la existencia de profundas desigualdades en nuestras sociedades, las universidades reflejan estas desigualdades y no pueden eliminarlas por sí solas, pero sí pueden y deben ser una parte importante de la solución siendo ejemplos de equidad y diversidad y actuando como agentes transformadores del sistema económico y social.

Lo que puede proporcionar igualdad a jóvenes y adultos, hombres y mujeres, es precisamente la educación, ese es uno de los retos más importantes emanados del cuarto encuentro de rectores Universia 2018, la preparación de jóvenes y adultos para un mercado laboral más complejo y apenas predecible.

La universidad tiene el gran reto de preparar a los profesionistas de hoy para actividades o empleos que aún no se han creado, imagínense ustedes, que los profesores formados en el siglo XX son quienes preparan a los profesionistas de hoy para las actividades del futuro, en un momento de la humidad que avanza a paso agigantados y que evoluciona en la tecnología y ciencia cada vez mas acelerado.

Es un gran reto que hay que enfrentar con estrategia y visión a largo plazo con acciones en el corto plazo, para ello necesitan fortalecer las colaboraciones con diferentes sectores de la sociedad, incluyendo entre otros a la iniciativa privada, a las comunidades locales, a los medios de comunicación, a la clase política y a las organizaciones no gubernamentales, además de otras universidades.

Se debe también hacer una reflexión estratégica ante los objetivos de desarrollo sostenible, en el marco de una política universitaria de cooperación social, que necesariamente debería incluir aspectos de acceso, equidad, internacionalización y un espíritu innovador y emprendedor.

En consecuencia, es necesaria la autorreflexión, la búsqueda constante de buenas prácticas y nuevas ideas y una voluntad de adaptarse y de cambiar, para poder seguir contribuyendo de manera contundente al desarrollo social y territorial.

Si queremos una sociedad más humana y más justa, debemos incluir en la educación universitaria especial atención en un equilibrio armónico y sostenible entre los avances científicos y tecnológicos, sobre todo los más disruptivos y los valores humanos, una formación integral que nos permita contar con profesionistas ciudadanos del mundo que contribuyan a lograr una vida mejor y más digna para todos.

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