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noviembre 22, 2024

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¿Quintanarroenses por filia de pertenencia, o por amor a compromisos políticos?: sólo el tiempo lo definirá

La iniciativa que presentó el Consejo Consultivo Ciudadano de Chetumal, a través de su presidente, Georgina Marzuca Fuentes para pedir 10 años de residencia como requisito a quienes se pretende nombrar en cargos de relevancia, hoy, a la luz de los hechos, es perfectamente justificable y legalmente procedente. 

No se trata del nativismo recalcitrante de hace algunos años cuando se trabajó las reformas a la Constitución del estado para beneficiar a integrantes del gabinete gubernamental, cuando los argumentos en contra de cancelar el requisito de residencia, fueron meramente localistas.

Por el contrario, los antecedentes históricos, sumados a los recientes donde, por compromisos político-partidistas, a muchos funcionarios públicos les llaman de manera exprofesa, para que, casi bajando del avión tomen las mejores posiciones administrativas en los municipios y en el Estado. 

Pero quienes conocemos la historia de nuestro estado sabemos que hay quintanarroenses de nacimiento y por elección que pueden realizar el trabajo con profesionalismo a Quintana Roo, al final, se ama y cuida lo que se conoce. 

Este amor al territorio, su cultura, su historia , su gente, se traduce siempre en compromisos en bien del Estado y ello, en muchos casos no ha sido así; vienen por el puesto, terminan su periodo y se van incluso de otros países.

Quienes nacimos en el estado somos herederos de una cultura de mucho trabajo y unidad ante las adversidades y sólo por mencionar una recurrente, los ciclones tropicales; pero también quien llega convencido de que el esfuerzo es siempre la mejor práctica para mejorar y se queda a asumir un compromiso dedicado y amoroso hacia la tierra por la que se hizo adoptar, tiene mucho que aportar a la administración pública.

Las tormentas tropicales y los huracanes son siempre un buen indicador de la filia que se haya desarrollado hacia Quintana Roo; quien ha asumido el compromiso inherente a la tierra que habita, se queda, ayuda, es solidario con sus semejantes; por el contrario, quien aun no siente ese compromiso, sencillamente se retira ante la mas mínima amenaza.

Y ello se ve reflejado en las acciones que luego emprende desde la administración pública, quien viene y va, o recién llega, desconoce el espíritu mismo de ser quintanarroense, en la adversidad y la buena ventura, sabe que el trabajo y sacrificio pueden hacer de un mesero un exitoso empresario, pero también, si el compromiso es nulo, puede hacer de un exitoso “alguien”, el peor de los delincuentes, o el mas fracasado.

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Existen muy contadas excepciones que dan buenos resultados y no es necesario quebrarse las ideas para tratar de mediar entre ser originario (es decir, haber nacido en Quintana Roo) y los plazos para quienes quieren ser adoptados por nuestra generosa tierra, ya en nuestra Constitución se preveían 10 años de residencia, sólo sería cuestión de volverla a establecer el congreso del estado debe cuando  de analizarla y llevar acabo mesas de análisis y desde nuestro punto de vista aprobarla; estamos seguros que darían mayores resultados y beneficios para los Quintanarroenses; ¿no cree usted?

Saludos.

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