La violencia familiar es acto u omisión reiterada e intencionada de controlar, someter y dominar produciendo violencia física, psicológica, sexual, económica, patrimonial o moral en contra de personas con las que se tenga una relación actual o anterior, familiares propios o de su pareja, personas que estén bajo el cuidado y protección.
¿CUÁNTOS TIPOS DE VIOLENCIA HAY?
Existen diversos tipos de violencia: física, psicológica, sexual moral, patrimonial y económica
¿QUÉ PODEMOS HACER PARA EVITAR LA VIOLENCIA?
La violencia se puede dar toda relación interpersonal, pero la ley reconoce el problema en el seno familiar y sobretodo entre los padres de una familia, la sana convivencia entre ellos desaparece, muchas veces por el entorno en el que están y no lo perciben, conflictos económicos que generan a su vez otros conflictos haciendo insostenible la familia, genera caos, estrés, ansiedad, depresión y por ende una o dos personas con estas situaciones emocionales sumándole algún vicio como el alcoholismo o drogadicción generan episodios violentos.
Primero hay que entender que NO ES TU CULPA recibir violencia, a veces sentimos vergüenza de decir lo que se sufre en casa, pero nadie merece ser víctima de violencia no importa lo que haya sucedido o hayas hecho en el pasado, no mereces ese trato, por ningún motivo.
¿CÓMO NOS PROTEGE LA LEY?
La ley establece en la ley de acceso a las mujeres a una vida libre de violencia, medidas de protección que va desde ordenes de restricción para que una persona no se acerque a nosotros ni a la casa, trabajo nuestro o de nuestros familiares y conocidos o incluso nueva pareja.
¿A DÓNDE ACUDIR EN CASO DE VIOLENCIA?
Para las personas violentadas existe la fiscalía especializada en atención a la mujer con el fin de denunciar a las personas agresoras pudiendo pedir medidas de protección.
De igual forma se puede asistir al juzgado familiar e interponer procedimientos por las controversias de orden familiar, donde se ventilan los temas importantes en una separación, custodia, convivencias y pensión alimenticia, pudiendo dictar la autoridad la desocupación y desincorporación del agresor.
Ser víctima de violencia genera un pánico por las posibles reacciones del agresor, sin embargo, no es hasta que vencemos nuestros miedos que podemos comenzar a ser libres, vence al miedo.
