Ante la invitación de alguien cercano a la estrenada gobernadora de Campeche, Layda Sansores, este tecleador visitó Pomuch, lugar de descendientes mayas, repleto de tradiciones por el día de muertos, los cuales honran a sus antepasados limpiando sus huesos.
Hablando de la tradicional celebración mexicana, retomada por Disney, en su película “Coco”, valdría la pena recordar que en paralelo a las muertes naturales, existen muertes políticas.
Bastará recordar al Secretario de la Presidencia de Luis Echeverría, el abogado Hugo Cervantes del Río, quien al no ser designado candidato presidencial para el 76, y así sucesivamente, algo dentro del jurista parecía entristecer, pues aseguran los confidentes de este tunde-máquinas, que al ver su carrera política sucumbir, feneció de tristeza.
Estimado Senador Ricardito Monreal, ojalá lea tal anécdota y recuerde el refrán mexicano, “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”, no vaya a ser que en los años venideros, la catrina visite con más frecuencia su oficina en la JUCOPO.
Otro ejemplo de muertes, yacen en el cementerio de los sueños, toda vez que Don Fernando Gutiérrez Barrios (quien cumplió su 21 aniversario luctuoso hace 3 días), seguramente hubiese querido ver a sus pupilos llegar a una posición política mejor que la de él.
Qué sentirán el priista Manlio Fabio Beltrones y el naranja Dantesito Delgado, de haber defraudado las esperanzas que su jefe y mentor político tenía para ellos.
Ojalá tales personajes recuerden a su impulsor Gutiérrez Barrios, y en su ofrenda le pongan un puro cubano asemejando los que le regalaba Fidel Castro.
POST-IT ¡Vaya impresión!, para los romanos habrá sido, cuando una mañana igual a esta, pero de 1512, el Papa Julio II, hacía pública por primera ocasión la bóveda de la Capilla Sixtina, una vez que Miguel Ángel culminará su obra.
Sensación semejante habrá sentido Pedrito Haces al enterarse de que su partido Fuerza por México tendrá que pagar 33.9 mdp al INE. ¿Recibirá el mismo apoyo de Ricardo Monreal, en las buenas que en las malas?, ¡ya veremos dijo el ciego!